El operativo se desarrolló en la zona noroeste del Gran Buenos Aires y los arrestados vendían cocaína en el vecindario. Algunos habitantes del barrio atacaron a esos uniformados para evitar que se concretara el allanamiento.
Dos narcotraficantes fueron detenidos por los investigadores policiales como saldo de un procedimiento que se realizó en el noroeste del conurbano bonaerense, oportunidad en la que gente del vecindario arrojó piedras y agredió a balazos a los uniformados para impedir que se concretara este operativo. Los sospechosos apresados, en tanto, resultaron ser un individuo, de 31 años, y una mujer de, 33, quienes se dedicaban a la comercialización de cocaína.
Al respecto, los voceros judiciales revelaron que los hechos, que ocurrieron días pasados, pero que se conocieron durante la jornada de hoy, se produjeron cuando pesquisas policiales destinados en la comisaría de José León Suárez desarrollaron un allanamiento en una finca situada en calle Villalba al 3900, entre Ingeniero Huergo y Emilio Mitre, en una zona de asentamientos de emergencias ubicados en las cercanías de la Autopista Camino del Buen Ayre.
Según manifestaron los informantes, gracias a esta requisa, dichos servidores públicos lograron incautar 340 dosis de cocaína, una pistola Bersa Thunder 22 largo, la suma de 151.000 pesos y tres aparatos de telefonía celular.
Trascendió que, en momentos en los que los policías se disponían a salir del inmueble con ambos sospechosos y los objetos secuestrados, varios habitantes del vecindario comenzaron a arrojarles piedras y además a efectuar disparos, para impedir que abandonaran el lugar con los arrestados en el expediente.
En esas circunstancias, un Ford Fiesta Kinetic (que es propiedad de un oficial subayudante que participaba del procedimiento) recibió un certero impacto de bala que le destrozó el cristal de la ventanilla delantera derecha, sin que hubiera personas heridas debido a esta agresión.
Versiones sostienen que las tareas investigativas se iniciaron en base a distintas denuncias que hacían referencia a que delincuentes utilizaban el lugar allanado como refugio para vender drogas y que a su vez frecuentemente amenazaban con armas de fuego a los vecinos del distrito.
Intervinieron en la causa penal, que fue caratulada preventivamente “Amenazas agravadas, portación ilegal de arma de uso civil, tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y atentado y resistencia a la autoridad”, las Unidades Funcionales N° 5 y N° 16 -esta última temática de estupefacientes- de los tribunales de esa jurisdicción.