Familiares y amigos de Lautaro Rosé, el joven que murió ahogado en aguas del río Paraná, a la altura de la capital de Corrientes, en medio de persecución policial, marcharon hoy para pedir justicia y que sean detenidos los 11 policías imputados por abandono de persona seguido de muerte, apremios ilegales e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Tras cumplirse ayer un mes desde que Lautaro se metió en el río mientras era perseguido por la policía, el abogado Hermindo González, representante de la familia del joven, dijo a Télam que el hecho de que los imputados sigan libres «configura un riesgo procesal», ya que se trata de «miembros de la fuerza y pueden obstaculizar el proceso”.
“Solicitamos que se revoque la medida y se ordene la detención, para asegurar los fines del proceso”, remarcó el querellante.
En este sentido, el letrado manifestó que no entiende por qué no se ordena la detención preventiva, ya que «socialmente se respira un aire de impunidad”.
“La justicia y el derecho tienen que venir de la mano de lo social”, señaló González sobre el reclamo de prisión preventiva, y consideró que ese es el «único desacuerdo» con la causa, ya que en lo procesal se va por «buen camino» y «es visible el impulso del fiscal”.
Agregó además que la familia del joven “está atravesada por el dolor” y destacó el acompañamiento de la gente “en una marcha multitudinaria”.
Por su parte, Juana Sotelo, madre de Lautaro, dijo: “Pido a Dios que me siga dando fuerza y que mi hijo me ilumine”.
“Estamos marchando para pedir que los policías vayan presos y me siento apoyada por mucha gente”, dijo Juana en diálogo.
Luego, la madre del joven de 18 años expresó: «Todos los días me siento a ver su foto, lo contemplo de día y de noche y siento que no puedo soportar no tenerlo y abrazarlo. Exigimos justicia, porque no queremos que otro joven termine como Lautaro”.
La manifestación partió desde la casa del Lautaro, en el barrio Galván de la capital correntina, y llegó hasta la sede del Juzgado de Instrucción 3, encabezada por Sotelo, por el padre de Lautaro, Daniel Rosé; por el abogado querellante, y por familiares y amigos.
El hecho se produjo la madrugada del lunes 8 de noviembre cuando el joven y un amigo adolescente se encontraban debajo del puente General Belgrano, en inmediaciones de la costanera de la ciudad de Corrientes, donde produjeron algunos incidentes que derivaron en una persecución policial.
En esas circunstancias, Lautaro y su amigo ingresaron al río Paraná, del que el menor logró salir, no así Rosé, quien no sabía nadar.
El cuerpo de Lautaro fue hallado el 11 de noviembre en las aguas, a la altura de los astilleros, y la autopsia determinó que murió por asfixia por sumersión.