“Te hablo con la voz quebrada, porque esta situación me tiene realmente mal. Es muy traumático para mí, paso el domingo de la semana pasada, y fui tratada como un animal, mi ex me arrastraba de los pelos, no tuvo el mínimo gesto de humanidad, ni hablar de pensar que soy mujer, ni la mamá de su hijo” relató Geraldine a Gustavo Ramela para Radiovisión Sáenz Peña. Según nos informan, en este momento la farmacéutica está realizando otra denuncia, esta vez, por robo de mercaderías de su local.
Geraldine cuenta con voz totalmente quebrada la joven siguió relatando “cada vez que recuerdo cada una de las piñas que no paraba de pegarme, las mordeduras. Lo único que me quedaba era suplicar por mi vida, que no me mate, que me deje ir y él seguía amenazándome diciéndome te vas a tener que ir de Sáenz Peña, te voy a matar, te voy a hacer la vida imposible en lo que te queda de vida.
“No paraba de pegarme, de golpearme. Lamentablemente fueron más de veinte minutos de golpizas, ya me di por vencida, llegué a un punto en que no me podía defender. No podía “
“Me puse en posición fetal, seguía recibiendo patadas y con una mano en el corazón, estaba esperando que me mate, pensaba que ya no podría salir de eso.

Va a ser casi dos años que me acosa violentamente, al principio fui sometida a mucha violencia psicológica diciéndome sos nadie, quien te va a ayudar a vos, estas sola, no tenés a nadie, yo voy a contratar a los mejores abogados y te voy a sacar todo.
El 30 de noviembre fue el colmo, pero hubo otras agresiones previas psicológicas, físicas, pero nunca con el grado de violencia de este último ataque. Siempre me amenazaba que me sacaría mi hijo. Yo soy correntina, vine a estudiar, me recibí y me quedé viviendo acá. Mi familia está lejos, siempre estuvo el miedo de decir estoy sola, quien me va a ayudar, quien me va a escuchar, siempre tuve miedo, no voy a poder decir nada.
Hace una semana y un dia que estoy escondida, paso de la casa de amigos con mi hijo a cuestas, porque no puedo pedir orden perimetral, no puedo pedir justicia, mientras el está en su casa. No puedo ir a mi casa ni a mi lugar de trabajo, mis proveedores me dieron de baja, el daño físico, sumado al económico es incalculable, opino que todas las personas que están encubriéndolo al agresor, son tan violentos como él.
Tengo capturas de que él esta en su casa. No se que pensar, yo reenvio los mensajes a la policía, en primera instancia fui personalmente y nadie fue a buscarlo. No lo entiendo. Hice todo lo que jurídicamente se puede hacer, todo lo hice.
Fui a la comisaría, a la fiscalía, al juzgado de familia, ratifiqué la denuncia y cuento una y otra vez lo vivido, con lo que significa tener que hacerlo.
Y que me miren y me levante sin nada, que me miren y nadie hace nada.
El intentó pasarme por encima con un vehículo, es verdad. Cuando él acelera la camioneta para pasarme por detrás, logro treparme y subirme a la camioneta. Soy fuerte, deportista de toda la vida, pero no me pude defender. No pude. Lo que recuerdo es que al principio me defendí, pero con tantos golpes en la cabeza prácticamente quedé mareada, aturdida. Mi cuerpo se desvaneció, no pude hacer nada y seguían los ataques.
Recuerdo un punto exacto donde estaba tirada en el piso y me pegaba y me pegaba con la cizaña de te voy a matar hdp y lo creí, porque yo no podía hacer nada. No me podía defender, no me podía parar. Dios existe y es fiel conmigo, por eso no pudo darme la última piña que me mate.
Me volví arrastrada a la casa a buscar a mi hijo, toda con sangre, explicarle a mi hijo que su mama se cayó, él tiene dos años, pero entiende todo, lo agarré y le dije vamos a la casa de la tía.
Nadie hizo nada, mi ex es de Sáenz Peña, no tengo idea de porque no lo detienen. Alguien lo está protegiendo, pedí que me traigan la ropa de mi hijo, lo saqué con lo puesto, no saqué un peso, nada me dieron.
Una cosa es contarte y otra es vivirla, reclamar por tu vida. Yo pensaba que va a ser de mi hijo. Toda la vida quise ser mamá, mi sueño fue tener un hijo, cada vez que quería bajar los brazos en la facultad, pensaba en mi hijo. Lo tenia con lo mejor, no tengo ni sus toallas, hoy no tengo su ropa, él está con ropa prestada, no tengo trabajo, no tengo nada y hay un sistema que se sigue moviendo.
Yo soy la dueña de mi propia farmacia, las empresas me cobran las cuentas. Los proveedores me cerraron las cuentas porque no las pagué, pero no puedo pagarlas, porque no estoy trabajando.
Estoy con la ayuda de mis amigos y mi familia. Estoy con tratamiento psicológico y psiquiátrico que lo tenia ya, pero debo ser fuerte y para no dejar mi vida de lado yo necesito justicia, tener una perimetral, un botón antipánico.
Para no dejar mi vida de lado necesito que se haga justicia.
No puede ser que hace ocho días que no tengo una perimetral, un botón antipánico, no tengo
Este tipo me encuentra en la calle y me termina de matar, me pasa por arriba con la camioneta, no le va a importar nada.
Lo que más me duele, es que hay gente que le cree, que está de su lado, que es la víctima, que está mintiendo.
Hay denuncias en la fiscalía, hay pruebas, hay peritos, hay médicos constatando cada uno de mis golpes.
Estoy yendo a la clínica para pedir una orden de resonancia porque recibí tantos golpes en la cabeza que no sé de qué forma me pudo haber afectado.
Me golpeó en la cabeza, en el cuerpo, en los genitales, en mis brazos se ven las mordeduras que tengo, está todo negro de la ferocidad de la mordida, tengo raspones porque me arrastraba como a una bolsa de papas, y yo soy de contextura grande.
Me zamarreaba como si nada, me arrancó el cabello, tengo el cuero cabelludo en sangre, no te puedo explicar la magnitud de los golpes.
Estoy con vida de milagro, por Dios, totalmente. Él y su familia son cómplices, nadie se solidarizó conmigo o con la criatura, nadie. Es más, tengo grabaciones en que su familia justifica lo que me hizo, es inentendible.
El grado de enfermedad donde alguien justifique un intento de homicidio, ¿se puede justificar eso?
En retrospectiva lo veo, obvio que quería matarme, lo único que quiero es que se haga justicia, volver a mi casa, tener las cosas de mi hijo y volver a trabajar, lo necesito.
No puedo seguir escondida, no hice nada.
Pido la detención y una perimetral, y poder seguir una vida normal con mi hijo. Si lo encuentran o lo detienen, pero la justicia me debe garantizar que voy a seguir con vida.
Las leyes para las víctimas de violencia no sirven hasta que nos encuentren muertas, no sirven. Yo la puedo contar, pero soy la voz de muchas chicas que sufren violencia y no les puedo decir nada de la justicia porque yo no la estoy recibiendo. No están solas, si hubiera sabido el apoyo que hoy tengo, hubiera hecho antes la denuncia. Pero hay una violencia psicológica que acompaña el maltrato siempre.
Los vecinos escribieron esto: «Queremos poner en conocimiento de toda la ciudad de P.R. Sáenz Peña el brutal, feroz y cobarde ataque a golpes de puños, arrastrar varias veces tomando de los pelos por todo el patio, patadas en el cuerpo, mordeduras al punto tal de casi rasgar la piel y la más denigrante y violenta patada en sus zonas íntimas propinada por el Sr. Javier Omar Sánchez contra la humanidad de su ex pareja y madre de su hijo, Sra. G.A.M., sin dejar de mencionar la intención de pasar por arriba con su vehículo (literal).
Todo conforme lo relatado en la denuncia por ante la Div. Viol. Familiar y de Género Int. Sáenz Peña, y ante la Fiscalía de Investigaciones N° 4 en las actuaciones “M. G. A. S/ denuncia lesiones en el contexto violencia familiar” Expte. N° 9530/2022-2.
La joven con la voz quebrada en llanto y ante la súplica del “no me mates por favor” el agresor respondía con más piñas y patadas en todo su cuerpo.

La víctima de tan aberrante golpiza hoy no puede regresar a su departamento ni a su lugar de trabajo (farmacia), está viviendo escondida y aterrada en la casa de una amiga (no tiene ningún familiar en la ciudad).
No solo quedó en los golpes, el agresor, que le había sacado el celular, mandaba capturas de pantallas a todos los contactos y clientes de la joven, con la clara intención de arruinar su reputación como mujer.
Después de cuatro días mandó con interpósita persona a hacer entrega del celular.
Mientras la joven humillada no puede recuperar su vida social y laboral, “el macho” (Sánchez) está escondido.
Llamamos a la solidaridad de toda una sociedad que no puede ni debe tolerar ser cómplices de seguir escondiendo al agresor.
Desde el domingo 30/10/22 está el pedido de captura de Sánchez y hasta el día de hoy no lo encuentran. Toda la demora está sumiendo en una profunda depresión a la joven víctima, el sistema la está revictimizando y «contradice aquello que debería ser objetivo fundamental» PROTEGER A LA MUJER DE LA VIOLENCIA Y LA MUERTE.
Nos solidarizamos con G.A.M., y manifestamos nuestro más enérgico repudio ante la atroz golpiza y la pasividad de las autoridades para apresarlo.
Pedimos con desesperación que algún organismo público actúe antes que sea tarde.