El sector de la construcción entiende que la prioridad es “cuidar el macro”, pero alerta que el dinero destinado el próximo año será insuficiente y que continuará el deterioro del empleo.
El proyecto de Presupuesto 2025 generó una nueva disputa, como es habitual, por la distribución de los recursos, especialmente en lo relacionado con la obra pública. Según el sector de la construcción, las partidas destinadas para este rubro son insuficientes, lo que plantea el riesgo de no poder mantener ni siquiera las obras ya en curso.
Esta controversia involucra al Gobierno, las empresas constructoras y las provincias, ya que la obra pública es uno de los sectores más afectados por la política de ajuste fiscal. Los expertos del sector estiman que hasta agosto de este año solo se ejecutó un 30% del presupuesto asignado a este ámbito, y se espera que no supere el 45% al final del año.
Para el próximo año, se proyecta un leve aumento en los recursos destinados a la inversión en infraestructura, tras la reducción significativa de 2024. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), este año se registrará una caída real del 46,4% en la inversión directa del Estado, posicionando a la obra pública como una de las áreas más perjudicadas. Las transferencias de capital experimentarán un ajuste aún mayor, del 83%.
En 2025, ambas áreas seguirán enfrentando recortes, con una reducción del 6,8% en términos reales, según la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP). Además, la participación de estas erogaciones en el gasto total también disminuirá, lo que refleja una continuidad en la política de recorte que ha caracterizado a la actual gestión.
Sin embargo, la ASAP también prevé un aumento del 24,7% en la inversión real directa para el próximo año, lo que incrementaría su peso en el total del gasto, pasando del 35,9% al 41,9%.
A pesar de esta proyección, la consultora EPyCA, dirigida por Martín Kalos, sostiene que este crecimiento será insuficiente para revertir el impacto de los recortes de 2024. Según su análisis, las partidas que no se ajustaron durante el último año serán las principales beneficiadas, mientras que áreas como las jubilaciones, la obra pública y las transferencias a las provincias seguirán en segundo plano.