Al menos 61 personas murieron en Estados Unidos por la histórica supertormenta invernal que afectó gran parte de ese país, al registrarse dos nuevos decesos en el este del territorio, informaron hoy autoridades. Ambas muertes ocurrieron en el condado de Erie, en el estado de Nueva York, donde se ubica la ciudad de Buffalo, epicentro de la tormenta. Al menos 39 personas murieron allí y es probable que el número de víctimas siga subiendo más, dijo el titular del condado, Mark Poloncarz, en una conferencia de prensa. Entre ellos, cuatro fueron encontrados dentro de sus automóviles, 11 en casas y 17 a la intemperie, detalló. Con temperaturas más cálidas, las autoridades temían que un deshielo rápido pudiera causar inundaciones, según la agencia AFP. «Afortunadamente, parece que las inundaciones serán mínimas. Hay posibilidades de inundaciones, pero parece que no serán graves», señaló Poloncarz y agregó que «se restableció la electricidad para todos los hogares en el condado». El área de Buffalo, aunque acostumbrada a los duros inviernos boreales, fue fuertemente golpeada por la tormenta. Hubo intensas nevadas, viento helado y descenso brusco de las temperaturas. El mal tiempo hizo estragos, hasta el punto que en muchos casos los propios equipos de rescate quedaron varados en el terreno. Las autoridades locales ahora deben responder a las críticas, que cuestionan su gestión de la crisis. El frío se hizo sentir en mayor o menor medida en gran parte del país, hasta Texas (sur) y Florida (sureste), estados poco acostumbrados a tales condiciones climáticas. La tormenta también causó graves trastornos en los aeropuertos, con la cancelación de miles de vuelos.