frente a las costas de Venezuela, como parte de un despliegue militar en el Caribe que vuelve a encender las alarmas diplomáticas en la región. La información surge del sistema de monitoreo Flight Radar, que registró vuelos cercanos al litoral venezolano.
De acuerdo con esos datos, en la zona operan dos Boeing EA-18G Growler y tres Boeing F/A-18E Super Hornet, aeronaves pertenecientes a la Marina estadounidense. La presencia se da a escasa distancia de Caracas y se produce en un escenario de creciente tensión política y militar entre ambos países.
Los F/A-18E Super Hornet son cazas multifunción diseñados para operar desde portaaviones, con capacidad para misiones de combate aéreo, ataque terrestre y reconocimiento. En tanto, los EA-18G Growler están especializados en guerra electrónica y cuentan con tecnología destinada a interferir y neutralizar radares y sistemas de comunicación enemigos.
El despliegue coincide con una serie de acciones recientes de Washington en la región. En las últimas horas, el ejército estadounidense confirmó un ataque contra una embarcación acusada de narcotráfico en el Pacífico oriental, que dejó cuatro muertos. Ese operativo se inscribe en una estrategia más amplia que la administración de Donald Trump vincula con la lucha contra los cárteles de droga.
En ese marco, Trump volvió a sostener que no necesita aval del Congreso para ordenar ataques contra objetivos vinculados al narcotráfico, incluso si estos se encuentran en territorio venezolano. “No me importaría contárselo (al Congreso), pero no es para tanto. No tengo por qué decírselo, ya está comprobado”, afirmó el presidente en declaraciones públicas.
El mandatario también endureció su discurso contra Caracas al reclamar la devolución de activos petroleros que, según Estados Unidos, fueron expropiados de manera ilegal. “Recuerden que se llevaron todos nuestros derechos energéticos. Se llevaron todo nuestro petróleo no hace mucho tiempo. Y lo queremos de vuelta. Lo tomaron, lo tomaron ilegalmente”, expresó Trump

