Los intentos para evitar la retención de los autos y registros llegan a niveles increíbles por parte de los irresponsables al volante.
Un lamentable clásico de cada fin de año son las personas que conducen sus vehículos con un nivel de alcohol en sangre mayor a lo permitido, que cuando son retenidos en un control intentan evadir su responsabilidad con insólitas excusas.
«Pero, mi vida, estamos en las Fiestas. Ya me iba a acostar», esgrimió una joven luego de ser advertía que conducía con 0,9 gramos de alcohol en sangre, casi el doble de lo permitido en la Ciudad de Buenos Aires.
Pese a la justificación, la mujer sufrió la retención de su licencia y su vehículo y debió regresar a su hogar en taxi.
Otra insólita situación se vivió cuando un hombre registró 0,55 gramos de alcohol en sangre y, con naturalidad, explicaba que había estado festejando la Nochebuena con familiares.
«Hay que hablar con la gente para que no trate de festejar Navidad, entonces», ironizó el irresponsable conductor, tras advertírsele que había cometido una infracción.
En uno de los controles un joven conductor arrojó 1,82, un nivel extremadamente elevado de alcohol en sangre.
El 21% de los accidentes fatales registrados en la Ciudad de Buenos Aires están relacionados con el consumo de alcohol, remarcaron las autoridades porteñas al explicar la importancia de no consumir bebidas alcohólicas antes de manejar.
Durante Nochebuena y Navidad se realizaron 2.822 controles de alcoholemia de los cuales el 1% dio positivo (29 casos): un valor menor al del año pasado que fue del 3%.
Semanas atrás la Legislatura porteña aprobó el Proyecto Integral de Convivencia Vial que establece como novedad la inhabilitación temporal de las licencias de aquellos conductores que den positivo en el test de alcoholemia. La suspensión de las licencias de conducir será gradual (de dos a cuatro meses) según el dosaje de alcohol.
La iniciativa está en proceso de reglamentación y se estima que será implementado en las primeras semanas de 2022.