El tribunal absolvió al actor de todos los cargos por el disparo fatal que le produjo a Halyna Hurchins, su directora de fotografía, en el set de la película que se filmaba en 2021.
El juicio de Alec Baldwin por homicidio involuntario fue desestimado por una jueza el viernes después de que ésta dictaminara que se habían ocultado a la defensa pruebas clave sobre el tiroteo mortal de 2022 contra Halyna Hutchins, directora de fotografía de Rust. Tras escuchar el veredicto, el actor no pudo contener las lágrimas.
El detonante de tan sorprendente decisión radica en las pruebas que ocultó la fiscalía y que podrían haber arrojado luz sobre cómo llegaron las balas de verdad al set de rodaje.
La decisión de la magistrada de Santa Fe, Nuevo México, pone punto y final a un largo calvario para el actor de que comenzó el 21 de octubre de 2021, cuando la pistola que manejaba el intérprete de 66 años se disparó y acabó con la vida de la cinematógrafa ucraniana. Baldwin, acusado por la fiscalía por homicidio involuntario, se enfrentaba a una condena de hasta un año y medio en prisión.
«No hay forma de que el tribunal corrija este error», dijo la jueza Mary Marlowe Sommer en el tribunal ante la emoción del protagonista del western de bajo presupuesto, que también hirió al director del filme, Joel Souza, durante el trágico accidente.
«El descubrimiento tardío de esta evidencia durante el juicio ha impedido el uso efectivo de la evidencia de tal manera que ha impactado la equidad fundamental del proceso», añadió Marlowe.
En un giro inesperado, la fiscal Kari Morrisey pasó de estar interrogando a testigos a sentarse ella misma en el estrado para explicar el porqué de la ocultación de pruebas clave en el caso. «Tenía la impresión de que no coincidían con las balas reales del set de ‘Rust'», dijo Morrissey para justificar la retención de esas pruebas durante meses y que en ningún momento fueron entregadas a la defensa del actor. «Las enterraron», indicó por su parte el abogado de Baldwin, Luke Nikes. «Las pusieron bajo otro caso y con otro número».
La amenaza para Baldwin era real después de que Hannah Gutiérrez-Reed, la responsable de manejar las armas durante era rodaje, fuera condenada en abril a servir una condena de un año y medio en prisión por el mismo delito. Gutiérrez-Reed es hija de una de las leyendas en Hollywood en lo tocante al manejo de armas en rodajes, Thell Reed, conocido por su participación en un buen puñado de wésterns y por haber entrenado a celebridades de la pantalla como Brad Pitt y Russell Crowe.
Fue ella la que puso tres pistolas sobre un carrito para la escena que acabó en tragedia, una modificada para que no funcionara, otra de plástico y la que disparó Baldwin. La que mató a Hutchins e hirió a Souza fue una F. LLI Pietta estilo Colt de cañón largo y fabricación italiana.