La jueza Correccional Nº 3 de Resistencia, Silvana Morando, consideró prescripta la causa por la que el jugador Enzo Pittau había sido elevado a juicio por cuatro hechos de violencia de género denunciados por su ex pareja Daniela Vilchez.
En una polémica resolución, la titular del Juzgado Correccional Nº 3 de Resistencia, Silvana Morando, decidió sobreseer al futbolista Enzo Pittau al declarar prescripta una causa penal en la cual fue imputado por cuatro hechos de violencia género cometidos contra su ex pareja Daniela Vilchez, y por las que fuera elevado a juicio en marzo de 2018.
En la resolución firmada del 9 de septiembre último, la magistrada resolvió sobreseer a Pittau, haciéndose eco de un pedido de la defensa del deportista y de un dictamen del fiscal Nº 11, Elio Valdivia, el mismo que lo había elevado a juicio oral en marzo de 2018.
En aquella oportunidad, Valdivia acusó al futbolista de 32 años, que hoy milita en el Club Central Norte de Resistencia, por el delito de “lesiones leves agravadas por el vínculo en contexto de violencia de género”. Era por cuatro hechos de violencia de género cometidos contra su pareja de entonces, ocurridos entre junio y septiembre de 2017.
Posteriormente, la defensa solicitó la suspensión del juicio a prueba que le fue rechazada quedando firme la elevación a juicio en agosto de 2019. Luego, el anterior abogado querellante que representaba a la víctima solicitó que esta causa se acumule a otra denuncia contra Pittau. En esa causa, el futbolista se encuentra acusado por el abuso sexual de su hija de muy corta edad, en un caso que será juzgado por un jurado popular, y orientado por el juez Ernesto Azcona y el fiscal de Cámara, Martín Bogado.
Por el caso de abuso sexual en la infancia se trabó una cuestión de competencia entre el Correccional Nº 3 y la Cámara Tercera en lo Criminal que dirimió la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia al resolver que las causas se tramiten por separado. Todo ese proceso insumió demoras en la continuidad de la causa por violencia de género que, ahora, es cargado sobre los hombros de la víctima.