De acuerdo a la empresa Mujer Financiera, solo el 24% de las mujeres argentinas pudo contestar correctamente 3 de 4 consignas de un sondeo sobre conocimientos financieros básicos.
La brecha en materia de información que tienen los hombres sobre cómo administrar su dinero respecto de la que poseen las mujeres es más amplia en la Argentina que otros países de América Latina como Brasil, Chile, Colombia y México, una diferencia que recrudece los problemas de acceso a la planificación de ahorro y consumos a largo plazo de las mujeres.
En ese sentido, solo el 24% de las mujeres argentinas pudo contestar correctamente 3 de 4 consignas sobre conocimientos financieros básicos (diversificación de inversiones, inflación, interés e interés compuesto) contra el 44% de los hombres del país, una diferencia de 20 puntos porcentuales mientras que, en el conjunto de Latinoamérica, esa distancia es de solo nueve puntos, de acuerdo con un encuesta realizada a 4.500 consumidores y vendedores de la región por la empresa Trendsity .
«La brecha de conocimientos es la otra cara de la brecha de de ingresos. No es posible asesorarse y educarse sobre algo que no conocés. Las mujeres ganan, en promedio, un 27% menos que los hombres por lo que tienen menos recursos para afrontar su vida financiera», explicó a Télam, Sabrina Castelli, fundadora y directora de Mujer Financiera, empresa dedicada a educar y dar herramientas tecnológicas para ayudar a las mujeres en el manejo de dinero.
Según datos del Banco Mundial, el ingreso de mujeres al mercado laboral se triplicó en los últimos 40 años, mientras que el de los hombres creció a un ritmo más estable
Es justamente ese fuerte avance de las mujeres que las encuentra, en muchas ocasiones, como las primeras mujeres de su familia que manejan su propio dinero y que configura un cambio radical en cómo se maneja el dinero en las familias.
«De ahí parte otro de los factores que influye en la brecha de género. Como en ningún lado se enseña sobre educación financiera, ni en la escuela primaria ni secundaria, el núcleo familiar termina siendo el lugar donde adquirirlos. Y mientras los padres trasladan de generación en generación esos conocimientos a sus hijos, las mujeres se encuentran muchas veces con madres que no los adquirido nunca», puntualizó Castelli.
Esto genera que muchas mujeres tengan un sesgo de falta de confianza en temas de dinero, que las lleva a no consultar o ir más allá cuando tienen una duda sobre cómo pedir algo en un banco, acceder a un servicios financiero como un crédito o un seguro o cualquier otro trámite ante el temor de pensar que preguntan algo «obvio».
«Por eso es muy importante la comunidad: saber no sos la única a la que le pasa eso y que no es tu culpa que no lo sepas es fundamental para sentirse acompañada», aseguró.
De acuerdo con un estudio de 2021 del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) solo el 10% de las mujeres de la región alcanza a ahorrar mientras que ese porcentaje alcanza al 16% de los hombres.
Ahora bien, ¿es importante tener educación en materia financiera? ¿Se puede pensar en ahorrar o invertir dinero si no se cuenta con un ingreso constante o bien se trata de montos pequeñas?
Ambas cuestionamientos -sostuvo Castelli- son mitos que todos en general, y las mujeres en particular, tienen que romper para empezar a pensar en una planificación a futuro que ayude a no excederse en los consumos y contar recursos que permitan afrontar contingencias que pudieran surgir sin caer en deudas.
«Hoy las finanzas siguen siendo algo tabú. Hay que romper con muchas barreras y con la falta de confianza porque, en realidad, la educación financiera te empodera y te permite disponer de recursos no sólo para planificar tus gastos en lo inmediato sino empezar a pensar a mayores plazos», afirmó la directora de Mujer Financiera.
Una de las claves para lograr esto pasa por multiplicar las entidades que provean educación financiera: no sólo en las escuelas sino también pensar en un enfoque más holístico, que sume a lo que hoy hacen bancos y fintech a otras empresas como gimnasios o empresas de venta de productos de belleza, por ejemplo, que son puntos de contacto con las mujeres para que les llegue información desde otros lugares de los que ya participan actualmente.
«Está comprobado que la educación financiera influye en tomar mejores decisiones y a acceder mejores condiciones de igualdad de oportunidades, lo que lleva a potenciar el resto de las áreas de la vida y a mejorar en la toma de decisiones», concluyó.