Este martes 11 de marzo comenzará el proceso judicial contra los 7 profesionales médicos que rodearon al 10 en sus últimos días de vida.
El próximo martes 11 de marzo dará inicio el esperado juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, un proceso que llega cuatro años, tres meses y catorce días después del fallecimiento del astro argentino. La causa, que ha pasado por numerosas postergaciones desde que el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Abel Díaz, la elevó a juicio en junio de 2022, finalmente verá la luz en los Tribunales de San Isidro.
En el banquillo de los acusados estarán los siete profesionales de la salud que estuvieron a cargo del cuidado del Diez en sus últimos días de vida, tras la cirugía a la que fue sometido por un edema cerebral. A ellos se los juzgará bajo la carátula de “homicidio con dolo eventual”, un delito que prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión.
El eje de la acusación radica en que estos profesionales, según la investigación, no cumplieron con el deber que les imponía la buena práctica médica. La Justicia los consideró “garantes” de la vida de Maradona, quien atravesaba un cuadro delicado pero reversible, y apuntó a la indiferencia, negligencia y temor de los responsables, elementos que habrían contribuido a la muerte del exfutbolista el 25 de noviembre de 2020 en su casa del Dique Luján, Tigre.
Si bien hay siete acusados en este juicio, existe una figura más implicada que será juzgada por separado en la segunda mitad del 2025. A pesar de que las condenas podrían definirse a mediados de julio, es poco probable que las penas se hagan efectivas de inmediato, ya que el fallo deberá ser ratificado por instancias superiores antes de que cualquier acusado quede detenido.
El juicio por la muerte de Maradona no solo busca determinar responsabilidades penales, sino también arrojar luz sobre las circunstancias que rodearon las últimas semanas de vida de uno de los máximos ídolos del fútbol mundial. El proceso promete captar la atención pública y mediática, con la figura de Diego aún latente en el corazón de millones.
Los 7 acusados: quienes son, qué hacían y qué relación tenían con Maradona
Leopoldo Luque (neurocirujano y médico personal de Maradona): se le adjudica la mayor responsabilidad en el rápido deterioro de la salud de Maradona. Estaba en el día a día con Diego y fue quien lo operó del edema cerebral un mes antes de su fallecimiento. Se cree que dicha cirugía no era necesaria en ese momento para Pelusa, y que fue un detonante importante en sus últimos días de vida.
Agustina Cosachov (psiquiatra): firmó la prematura externación en Clínica Olivos tras su última operación y era quien medicaba a Maradona. Tiene otra causa dentro del caso por falsificar la firma de DM en certificados de aptitud física.
Ricardo Almirón (enfermero): formaba parte del día a día de Maradona en su domicilio en Dique Luján y lo asistía ante cualquier necesidad que tenía. En 2022 fue imputado por una causa ajena, vinculada a un abuso sexual en la murga en la que participaba
Nancy Forlini (médica de Swiss Medical): contratada mediante la medicina prepaga que tenía Maradona, Forlini era la Gerenta de Cuidados Domiciliarios de la empresa y cuidaba de la salud diaria del 10 a través de sus decisiones. Declaró contra Cosachov y Luque, afirmando que no dejaban que otros profesionales tuvieran injerencia en las decisiones de salud de Maradona.
Mariano Perroni (jefe de enfermeros): era el coordinador de enfermeros. Pese a que no tenía contacto diario con Maradona, los médicos subordinados a sus órdenes le brindaban información. Con ella, llegó a afirmar que la casa en la que Diego hacía su recuperación no era adecuada para volver a la normalidad, aunque no hizo nada para evitarlo. En ese contexto, acusó a Cosachov y Luque, quienes le habían bajado la orden de “no molestar y ni invadir” a Pelusa.
Carlos Díaz (psicólogo): allegado a Matías Morla, estableció relación por pedido expreso del abogado. Se especializaba en pacientes que habían sufrido adicciones y también con enfermedades mentales severas. Alegó que no tuvo nada que ver en su fallecimiento, y que el tratamiento que le estaba realizando tenía buenos avances. Sin embargo, varios audios de Luque y Cosachov complican al psicólogo.
Pedro Di Spagna (médico clínico): se ocupaba de hacer el seguimiento diario de la internación domiciliaria de Maradona, pero fue imputado por haber faltado a su trabajo, yendo a visitarlo solamente una vez en el mes final de su vida, lo que complicó notablemente los controles periódicos a los que Diego debía someterse.
Además de los 7 acusados, la enfermera Gisella Dahiana Madrid será llevada a juicio de manera individual en el segundo semestre del 2025. Era una de las enfermeras que estaban en su domicilio y fue quien encontró a Maradona sin signos vitales. Le hizo RCP y trató de reanimarlo, sin éxito. Será juzgada en soledad por jurados una vez que el primer juicio llegue a su fin.