Así lo aseguró Ignacio Martínez Álvarez, productor de la localidad de Curuzú Cuatiá.
Ignacio Martínez Alvarez, productor ganadero de Curuzú Cuatiá, habló sobre la situación que le toca vivir al sector ante la emergencia ígnea declarada. «El 2022 y el 2023 puede decirse que ya son una pérdida», afirmó.
Según el productor, la recuperación puede llegar recién en 2024. «Los productores estamos acostumbrados a la sequía, las inundaciones, es parte del trabajo, pero no de esta magnitud, que además viene acompañado del fuego», declaró.
«De a poco nos vamos acercando al millón de hectáreas perdidas», agregó. «Hace aproximadamente dos meses que no crece el pasto», concluyó Martínez Álvarez.