En 2016 lo condenaron a 8 años de prisión por el crimen de su bebé. Este viernes comenzará el juicio por la muerte de su papá.
Un joven de 27 años, a quien en 2016 condenaron a 8 años de prisión por matar a su bebé en el barrio porteño de Villa del Parque, será juzgado desde mañana por el crimen de su padre, asesinado a golpes en su vivienda de la localidad bonaerense de La Tablada, en 2020, informaron hoy fuentes judiciales.
El juicio oral comenzará a las 9 con los lineamientos del fiscal Alfredo Luppino y de la defensa oficial de Luis Ricardo Martínez (27), ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de La Matanza.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el acusado llega al debate detenido por el delito de «homicidio agravado por el vínculo» de su padre Ricardo, de nacionalidad paraguaya.
El hecho ocurrió el 10 de julio de 2020, alrededor de las 21.30, cuando el joven arribó en una moto al domicilio de la víctima, ubicado en Charlone 232, entre Las Heras y Acevedo, de la localidad de La Tablada, en La Matanza.
En la etapa de instrucción, el fiscal Juan Pablo Tahtagian determinó luego de cenar juntos y tras mantener una discusión, el hijo «le propinó varios golpes en distintas partes del cuerpo que lo llevó a un daño neurológico severo debido al politraumatismo que le provocó indefectiblemente su deceso minutos mas tardes».
De acuerdo con la requisitoria de elevación a juicio a la que Télam tuvo acceso, el joven fue la persona que llamó al 911 ya que supuestamente su padre no respondía a los llamados y él se acercó al lugar.
Según sus dichos, la puerta de ingreso estaba abierta y al entrar al inmueble vio manchas de sangre en la cocina hasta que lo encontró sin signos vitales sobre la cama que estaba en el dormitorio.
El hijo le comentó al personal médico que constató el deceso que Martínez era «una persona que consumía habitualmente grandes cantidades de alcohol, poseyendo desde hace varios años problemas de presión».
Sin embargo, dos días después el joven declaró ante la Policía que tras cenar con su padre y de haber tomado bebidas alcohólicas, ambos comenzaron una discusión hasta que se tomaron a golpes de puño.
Martínez hijo aseguró que en un momento dado Ricardo intentó clavarle un pedazo de madera, por lo que nuevamente se trenzaron en lucha y el hombre cayó al suelo, momento en el cual Luis se fue corriendo de la casa.
Siempre según su versión, recién al día siguiente fue a la casa de su padre, a quien encontró fallecido.
Pero un hermano de la víctima le comentó al propietario de la cochería que iba a realizar el servicio fúnebre que tenía «dudas» sobre la muerte de Ricardo y solicitó la intervención judicial en una causa que comenzó a ser investigada como «averiguación causales de muerte».
En ese marco, la autopsia determinó que falleció en la madrugada del 10 de julio por un «severo daño neurológico» provocado por golpes en la cabeza, el tórax y sus brazos.
La fiscalía recepcionó varios testimonios durante la instrucción, entre ellos el de la pareja de la víctima que declaró que Martínez hijo la llamó para contarle que había encontrado a su padre «muerto en la cama, con la cabeza rota».
No obstante, la cámaras de seguridad del barrio registraron que un hombre a bordo de una moto oscura arribó al lugar a las 21.25 del 10 de julio y se retiró a las 3.32 de la madrugada siguiente.
Además, un testigo aseguró que Luis «era una persona agresiva» y que sabía kick boxing.
Los investigadores sospechan que el crimen ocurrió porque el hombre no le dio el dinero que había cobrado del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), implementado durante la pandemia por el Gobierno Nacional.
Con esos elementos, el fiscal dispuso la detención del imputado y su procesamiento con prisión preventiva ya que la pena en expectativa por el delito endilgado es la de prisión perpetua.
Este joven ya había sido condenado en octubre de 2016 por el Tribunal Oral de Menores (TOM) 2 de la Capital Federal a 8 años de cárcel -y su pareja a 4 años- como coautor del «homicidio agravado por el vínculo» de su hijo.
En ese caso, como tenían menos de 18 años al momento del hecho, no les correspondió la perpetua.
El TOM 2 determinó que en 2012 el niño murió como consecuencia del «maltrato» cometido por la pareja.