«La situación estaba resolviéndose. Le pedí por favor a Infantería que no avanzara y bueno, el desenlace fue el que fue. Me llevaron arrastrándome, no me quería ir de ahí bajo ningún punto de vista», aseguró el funcionario.
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, descartó hoy de plano la renuncia a su cargo y dijo que no denunciará a quienes lo agredieron con golpes de puño y piedrazos durante una protesta de colectiveros en el partido de La Matanza.
«Siempre me presento solo a los lugares, voy donde están los problemas… Esto es parte de mi trabajo», manifestó el ministro en la puerta del Hospital Churruca, donde se solidarizó con la familia del chofer asesinado «a sangre fría» y contó que está a la espera de estudios médicos para ver si es necesario ser operado debido a un «fractura de malar» derivada de la agresión.
A continuación, Berni, que señaló haber sufrido un hundimiento en la órbita de su ojo derecho, afirmó que no denunciará penalmente a las personas que lo golpearon y que su situación en la manifestación de colectiveros «se complicó» con la intervención de Infantería de la Policía de la Ciudad.
«La situación estaba resolviéndose. Le pedí por favor a Infantería que no avanzara y bueno, el desenlace fue el que fue. Me llevaron arrastrándome, no me quería ir de ahí bajo ningún punto de vista». Yo jamás me hubiera ido: uno muere de pie, pero jamás de rodillas», expresó el ministro, para luego admitir que el personal de la Policía de la Ciudad «actuó como lo establece el protocolo».
Al respecto, el funcionario aclaró que no hubo presencia de la policía bonaerense en el lugar ya que «la avenida General Paz es jurisdicción» de la fuerza de seguridad porteña. También, Berni cuestionó a las autoridades del gremio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), al asegurar que «hay tres sectores que disputan permanentemente. Son aguerridos, pero nada justifica la violencia recibida. Todos compartimos la tristeza de un chofer asesinado».
Por otro lado, el ministro hizo hincapié en que este tipo de situaciones son «habituales» para él. «Los que estamos todos los días en la calle, esto no nos asusta. Ustedes lo ven porque había cámaras. El ministro de seguridad todos los días se juega la vida», declaró.
En cuanto al crimen del colectivero Daniel Barrientos, baleado durante un asalto a bordo de la línea 620 cuando circulaba por la localidad bonaerense de Virrey del Pino, el funcionario se solidarizó con los familiares de la víctima y comentó que le pareció «un hecho muy raro». «Usaron dos pistolas calibre 40. Nadie cruza un auto a un colectivo. No es habitual, no es un modus operandi típico de los asaltos a colectivos», describió.
Por último, el ministro concluyó: «Duele más la herida del corazón de saber que un bonaerense fue asesinado que todos los golpes que uno puede recibir. No tengo ninguna duda de que a estos asesinos los vamos a detener. Vamos a ver el prontuario que tenía cada uno de ellos».