El exgobernador Jorge Capitanich emitió su voto este domingo por la mañana en la Escuela N.º 41 de Resistencia, en el marco de una jornada electoral que eligió atravesar con bajo perfil. Sin militantes, sin custodia y sin su característico suéter rojo, llegó en un vehículo conducido por Sebastián Benítez Molas, exfuncionario de su gabinete.
Aunque evitó protagonismos, Capitanich aprovechó el contacto con la prensa para compartir su mirada sobre la situación política, económica y social del país. Mostrándose optimista respecto al desempeño del peronismo en las urnas, sostuvo: “Nuestro espacio siempre logra unidad. Hoy esperamos un buen resultado”.
No obstante, fue crítico al referirse al contexto económico que atraviesan miles de familias en el país. “La situación es muy difícil. Hay ciudadanos que deben optar entre pagar la luz o alimentarse. Ese es el drama social más profundo que enfrentamos hoy”, advirtió.
Otro tema al que no esquivó fue el proyecto de «Ficha Limpia», iniciativa que propone inhabilitar a personas con condenas para ejercer cargos públicos. Aunque afirmó estar a favor, pidió que se aplique de manera equitativa. “Estoy de acuerdo, pero tiene que regir para todos. También jueces, fiscales, medios de comunicación y redes sociales deben rendir cuentas. La transparencia no debe tener destinatarios selectivos”.
En esa línea, recordó su paso por el gobierno y aseguró haber dado el ejemplo: “Fui sometido a dos juicios de residencia. Es el mecanismo más riguroso de control de gestión que existe y muy pocos lo valoran”.
Antes de retirarse, dejó una advertencia final: “La Ficha Limpia no puede transformarse en una herramienta para restringir derechos. No debe ser un voto calificado disfrazado. La verdadera transparencia amplía derechos, no los limita”.
Lejos de los actos partidarios y el bullicio habitual, Capitanich se presentó como un votante más. Sin embargo, sus declaraciones marcaron posiciones claras sobre temas centrales del debate público