También conocida como “Anaconda Amarilla”, vive en entornos acuáticos, por lo que es frecuente verla en la zona del río Paraná, esteros y lagunas. No es venenosa y utiliza su vigoroso cuerpo para asfixiar a sus presas para luego alimentarse.
El presidente de la Fundación Refugio Salvaje, Lucas Monzón, comentó sobre las distintas características, hábitat y zonas frecuentes de la boa Curiyú, una especie más común de lo que muchas veces se cree en la región. En declaraciones a Chaco TV, el especialista contó que se trata de la serpiente “más grande de Argentina y puede llegar a medir 6,50 metros”.
También se la conoce como Boa N°8 o «Anaconda Amarilla», y es de la misma familia ofídica de la “Anaconda Verde”, habita en Brasil y Paraguay, que, por su tamaño, se convirtió hasta en estrella de la pantalla grande, en una película que lleva su nombre.
Como todos los animales y vegetales, la “Curiyú” tiene ese nombre común. “Los nombres comunes dependen de la zona geográfica donde se encuentra a los animales o el idioma que se habla en esos lugares. En cambio, el nombre científico, es aquel con el que se las conoce a nivel mundial. En este caso es Eunectes Notaeus”, detalló Monzón.
La «anaconda amarilla» no es venenosa, sino constrictora. “Esto significa que utiliza su gran musculatura para comprimir a sus presas, las envuelven para asfixiarlas, y luego se alimentan”, apuntó. El hábitat, por lo general, es acuático. Frecuenta las zonas del río Paraná, esteros y lagunas; es decir, es común en la zona de Resistencia.