Caso Guadalupe Lucero: Cuál es la nueva hipótesis que reactivó la búsqueda de la nena

En la causa trabajan cuatro fiscales designados el año pasado por el procurador Eduardo Casal.

Más de 100 efectivos de Gendarmería Nacional, con apoyo de la Policía Federal, comenzaron esta mañana los nuevos rastrillajes en San Luis, ordenados por la justicia federal, en descampados y zonas cercanas a la casa de Guadalupe Belén Lucero Cialone, la niña de 5 años que fue vista por última vez el 14 junio del 2021 en el barrio 544 viviendas de la capital provincial.

En las últimas semanas, sin embargo, volvió a tomar fuerza una de las primeras teorías que se barajaron en la investigación: que Guadalupe haya sufrido un accidente jugando en el descampado que está frente a la casa de tu tía y que los primeros rastrillajes, simplemente, fallaron.

Esta hipótesis, que reactivó la búsqueda, está abonada por dos puntos clave: en primer lugar, una revisión del accionar de la policía de San Luis durante los primeros rastrillajes. Al parecer, la Justicia federal detectó varias inconsistencias y errores de procedimiento, lo que lleva a pensar que se podrían haber pasado por alto algunos datos significativos.

Para hoy también está previsto que sean entrevistados tres niños que jugaban con Guadalupe cuando desapareció durante el cumpleaños y una testigo de 26 años, con el objetivo de recabar datos que permitan llevar a cabo una reconstrucción del hecho a futuro, dijeron fuentes judiciales.

En la causa trabajan cuatro fiscales designados el año pasado por el procurador Eduardo Casal: el federal de San Luis Cristian Rachid; Marcelo Colombo y María Alejandra Mángano, titulares de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), y Leonel Gómez Barbella, a cargo de las fiscalías nacionales en lo Criminal y Correccional Nº 8 y Nº 3.

Ante estos nuevos rastrillajes, la abuela de la nena, Silvia Domínguez, dijo a Télam que se levanta cada día «solo para saber qué pasó» con su nieta y agregó que ella siente «que está viva».

Domínguez apuntó que los niños y niñas que jugaban con Guadalupe en la puerta de la casa donde fue vista por última vez, «se encuentran en tratamiento psicológico, al igual que la mamá pero por iniciativa privada» porque no reciben ningún tipo de asistencia por parte del Estado.