La fiscalía confirmó la recaratulación de la causa como homicidio doblemente calificado por femicidio y alevosía. Benjamín Castillo, el joven de 18 años acusado del crimen, se abstuvo de declarar. «Un poco de tranquilidad para la familia», expresó el abogado querellante, Juan Arregín.
El femicidio de Sol Montiel conmocionó a la comunidad de Fontana el pasado 21 de marzo. La adolescente, que vivía con su abuela, fue hallada sin vida tras varias horas de búsqueda. La querella destaca el rol de su abuela en la investigación: «Ella fue la primera en salir a preguntar a los vecinos», resaltó Arregín.
A pesar de los avances en la causa, aún no se ha determinado la motivación del crimen. «No había ningún tipo de vínculo» entre la víctima y el acusado, indicó el abogado. Sin embargo, se analizan peritajes en celulares para establecer si existieron interacciones previas a través de redes sociales.
El entorno del imputado declaró sobre su consumo problemático de sustancias, aunque la fiscalía aguarda los resultados de los exámenes toxicológicos para confirmar si Castillo estaba bajo efectos de estupefacientes al momento del crimen. Además, las pericias forenses descartaron un abuso sexual, según los informes preliminares.
En la causa ya han testificado familiares y vecinos. «Hasta el momento, no hay evidencia de que alguien haya visto a Sol ingresar a la vivienda del acusado», señaló Arregín. No obstante, la búsqueda de testimonios y pruebas continúa.
La querella tampoco descarta la participación de terceras personas en el hecho. «Buscamos determinar si Castillo actuó solo o si hubo algún cómplice», explicó el abogado.
La investigación sigue en curso, y las autoridades esperan que el análisis de dispositivos electrónicos pueda aportar información clave. «Los celulares podrían revelar si hubo un contacto previo o si se trató de un ataque al voleo», concluyó Arregín.