Casi cien personas fallecieron y otras miles se contagiaron de sarampión en Afganistán, informó hoy la Organización Mundial de la Salud, que advirtió que muchos más habitantes del país asiático morirán si no se toman medidas urgentes para frenar el brote de la enfermedad.
La agencia sanitaria de la ONU informó que el brote era especialmente preocupante ya que Afganistán se enfrenta a una creciente inseguridad alimentaria y desnutrición, según consignó la agencia de noticias AFP.
«Para los niños desnutridos, el sarampión es una sentencia de muerte», subrayó la portavoz de la OMS, Margaret Harris, y destacó la necesidad de ampliar urgentemente la vigilancia y las pruebas de detección de la enfermedad en el país, al enfatizar que estaba claro que «un brote de sarampión está en marcha».
Desde principios de año, se diagnosticaron clínicamente más de 24.000 casos de esta enfermedad altamente contagiosa en Afganistán, incluidos 2.397 casos confirmados en laboratorio.
«Lamentablemente, se registraron también 87 muertes», abundó Harris, y advirtió que «veremos muchas más si no avanzamos rápidamente».
Afganistán está bajo control de los talibanes que tomaron el poder el 15 de agosto pasado, luego de vencer al Ejército afgano y derrocar al Gobierno tras la retirada de las tropas extranjeras lideradas por Estados Unidos, que los combatieron durante 20 años, desde 2001.
Ya a mediados de año, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU advirtió que se avecinaba una crisis humanitaria en el país asiático, donde 14 millones de personas enfrentan un hambre severa y el desempleo alcanza el 30%, según datos el Banco Mundial (BM).
La advertencia hecha hoy por la OMS sobre Afganistán se enmarca en la creciente preocupación que viene manifestando por los riesgos de propagación del sarampión en el mundo.
En ese sentido, el miércoles pasado alertó que más de 22 millones de bebés no recibieron su primera dosis de la vacuna contra la enfermedad en 2020, tres millones más que en 2019, lo que marca el mayor aumento en dos décadas y crea condiciones peligrosas para que ocurran brotes.
El organismo internacional basó su aseveración en un estudio realizado junto a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Mediante un comunicado, la OMS precisó que si bien en comparación con el año anterior los casos notificados de sarampión disminuyeron en más del 80% en 2020, «la vigilancia del sarampión también se deterioró con el menor número de muestras enviadas para pruebas de laboratorio en más de una década».