En pleno proceso de organización de la competencia de esculturas a cielo abierto más importante del mundo, el tesorero de la Fundación Urunday adelantó que los artistras volverán a trabajar en mármol. Por primera vez, no estará presente físicamente Fabriciano Gómez, a quien recordó como una persona con una «imaginación inagotable».
El tesorero de la Fundación Urunday, Eugenio Milani, se refirió a la reunión mantenida con representantes del Estado provincial, en el marco de la organización de una nueva edición del a Bienal de las Esculturas, el concurso al aire libre quizás más importante del mundo que esta vez no podrá contar con la presencia física de su mentor y alma mater, Fabriciano Gómez. El Gobierno de la provincia es socio estratégico de la Fundación en el armado de la Bienal por lo que la relación entre las partes es habitualmente muy estrecha.
Hasta ahora, se han marcado las primeras pautas pero básicamente la próxima edición será una réplica de lo que estaba planeado para el 2020, año en que el evento quedó trunco por la pandemia de COVID-19. «Estamos hablando para buscar alternativas que nos permitan bajar los costos, porque sabemos la crisis sanitaria y económica nos afectó a todos», reflexionó. En el Chaco, está vigente la Ley de Mecenazgo, que establece destinar recursos surgidos de los impuestos a, entre otras, la Funfación Urunday. En estos últimos meses, los ingresos por este concepto, lógicamente, se vieron resentidos, pero la organización busca encontrar los mecanismos para «no bajar la calidad de certamen».
«No podemos mezquinar nada, como decía Fabriciano, la próxima será la mejor Bienal de todas y con ese espíritu vamos a trabajar», adelantó. Entre lo proyectado para la edición 2022, adelantó que las esculturas volverán a tallarse de mármol y no tendrá denominación con un nombre. «Nacimos en 1988, con la madera, en la Plaza; para luego pasar al mármol y al lugar que estamos ahora: este año no tenemos nombre porque siempre vamos cambiando, a veces se entienden los argumentos y otras no, pero tratamos siempre de generar esos cambios», contó Milani.
El recuerdo de Fabriciano
Por primera vez, la Fundación deberá afrontar los desafíos que implica la organización del evento internacional sin la presencia física quien fuera su fundador y emblema, Fabriciano Gómez, quien falleció en septiembre de este año. «Él iba adelante, tenía fuerza, encontraba los problemas y lo solucionaba; no hay forma de reemplazarlo, más allá de que en la fundación siempre ha trabajado un grupo de personas», expresó.
Milani indicó que «había como un acuerdo tácito para que sigamos haciendo de esta Resistencia no sólo la sede de la Bienal, sino un centro de todas las escuelas de bellas artes de todo el país, para que puedan descubrir las esculturas que la caracterizan». El referente de la Fundación Urunday recordó que Fabriciano tenía una «imaginación inagotable» y fue impulsor de muchas ideas, algunas pudieron ponerse en práctica y otras no, como aquel mirador de la ciudad en el Parque 2 de Febrero; entre otras.
«Va a ser difícil encontrar una persona con la capacidad como para llevar adelante estos concursos, con tanta naturalidad y excelencia, que permitieron que la Bienal sea conocida en el mundo», cerró.