Las inversiones en criptomonedas han revolucionado el mundo financiero, pero también han dado lugar a nuevas modalidades de estafas. Conocer sus mecanismos es clave para evitar caer en fraudes.
El complejo mundo de las criptomonedas acaba de sumar un capítulo inesperado en Argentina tras la promoción que hizo el presidente Javier Milei este viernes en su cuenta de X y que borró horas después para explicar que no tenía vínculo con ese activo y que no lo conocía en profundidad.
Las criptomonedas han transformado la manera en que entendemos el dinero y las inversiones, ofreciendo oportunidades de crecimiento financiero sin la intervención de bancos o gobiernos. Sin embargo, esta libertad también ha sido terreno fértil para el fraude. Muchos inversores, atraídos por promesas de rentabilidad rápida, caen en trampas diseñadas para vaciar sus billeteras digitales. Estas estafas pueden adoptar diversas formas, desde proyectos ficticios hasta fraudes sofisticados que imitan plataformas seguras.
Uno de los engaños más conocidos es el «rug pull» o «tirón de alfombra», donde los creadores de una criptomoneda o NFT lanzan un proyecto atractivo, captan inversores y luego desaparecen con el dinero. También está el esquema Ponzi, una estrategia fraudulenta que paga ganancias a los primeros inversionistas con el dinero de nuevos participantes, hasta que colapsa. Varias criptomonedas promovidas por figuras públicas han terminado siendo estafas de este tipo.
Otra modalidad común es el phishing, donde los estafadores crean sitios web falsos o envían correos electrónicos que imitan plataformas reconocidas para robar credenciales de acceso. De manera similar, los ataques de malware buscan infiltrar software malicioso en los dispositivos de los usuarios para acceder a sus billeteras digitales y vaciarlas sin dejar rastro. En algunos casos, se han utilizado «airdrop scams», en los que los delincuentes envían criptomonedas gratuitas a billeteras desconocidas, y cuando los receptores intentan usarlas, terminan activando contratos inteligentes fraudulentos que les roban sus fondos.
Las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO, por sus siglas en inglés) también pueden ser trampas. En una ICO, un proyecto lanza su propia criptomoneda y busca financiamiento prometiendo grandes retornos. Sin embargo, muchas han resultado ser estafas donde los creadores desaparecen una vez recaudados los fondos. Otro fraude popular es el «pump and dump», en el que se infla artificialmente el precio de una criptomoneda con noticias falsas y, cuando el valor sube, los estafadores venden sus tokens dejando a los inversores con activos sin valor.
Si bien las criptomonedas pueden ser una inversión rentable, es fundamental actuar con precaución. Los expertos recomiendan investigar bien cualquier activo digital antes de invertir, utilizar plataformas seguras y desconfiar de promesas de ganancias garantizadas. Una regla de oro es nunca invertir dinero que no se esté dispuesto a perder y, sobre todo, evitar decisiones impulsivas basadas en la opinión de celebridades o influencers. En el mundo cripto, la información y la prudencia son las mejores herramientas para evitar caer en fraudes.