El delantero de Huracán sigue privado de su libertad en Córdoba. Está acusado de haber querido recuperar a través de amenazas un dinero invertido.
El 1 de abril Huracán se disponía a dar comienzo a su aventura internacional debutando por Copa Sudamericana en Brasil. Y si bien desde lo futbolístico el debut no podría haber sido mejor al derrotar a Corinthians en un partido histórico, aquella aventura en San Pablo arrancaba con un episodio confuso: Matías Tissera, uno de sus principales refuerzos para este año, no podía salir del país ya que pesaba sobre él un pedido de captura. Nadie imaginaba que el delantero pasaría detenido las siguientes tres semanas, con serias posibilidades de completar el mes si el juez de la causa no responde favorablemente a su pedido de excarcelación antes de mediados de la siguiente semana por los próximos feriados. “El daño que le están haciendo es desproporcionado, le están arruinando la vida”, aseguran desde el entorno del futbolista oriundo de Rojas.
El lunes la defensa de Tissera, de 28 años, presentó su tercer pedido de excarcelación, que hasta el momento no fue respondido y presentó además una serie de argumentos por los cuales no hay riesgo de fuga: desde el contrato con Huracán, a la escolarización de su hijo y bienes como casa y auto en garantía. También solicitó el cambio de carátula en el expediente de “extorsión” a “coacción”, que incluso en caso de condena la pena sería excarcelable. La familia del futbolista asegura que las versiones que indican que en el hecho hubo armas son totalmente falsas y que no se generaron lesiones. También reprochan la poca celeridad con la que avanza la investigación, ya que Tissera declaró recién después de 15 días y su abogado no accedió todavía al expediente (lo haría este viernes).
Mientras tanto Tissera aguarda en uno de los pabellones del penal cordobés de Bouver. Cuentan que se mantiene bien alimentado pese a las circunstancias y que diariamente realiza alrededor de dos horas de ejercicios físicos, incluso jugando algún picadito. Lo hace para intentar mantenerse en el mejor estado de forma, pero fundamentalmente para estar fuerte desde lo mental. Por ahora solo recibe la visita de su abogado, porque confía en que pronto retomará su libertad para reencontrarse con su familia con quienes sólo mantiene comunicaciones telefónicas.
Tissera está acusado de «extorsión» por Florencio Ferrara, dueño de una empresa de casas prefabricadas que incumplió el contrato con el futbolista y presentó la quiebra el año pasado. Según Ferrara, Tissera habría querido recuperar mediante amenazas los 10 mil dólares que había entregado.