Condenan a ocho años y medio a un empresario por explotar mujeres en distintos prostíbulos de Tucumán

El Tribunal Oral Criminal Federal de Tucumán condenó ayer a ocho años y medio de prisión al empresario Roberto Gambandé por considerarlo autor del delito de trata de personas con fines de explotación sexual en perjuicio de más de tres víctimas en situación de vulnerabilidad, en las fases de captación y acogimiento.

Los jueces Enrique Lilljedahl y Jorge Basbus y la jueza María Noel Costa ordenaron que se revoque la excarcelación del empresario y se proceda a su inmediata detención domiciliaria con implementación del sistema de vigilancia electrónica. Finalmente, dispusieron el decomiso de tres inmuebles, media docena de vehículos, embarcaciones y la reparación a dos de las víctimas con montos de 6 y 3 millones de pesos.

Durante el alegato formulado anteayer, el fiscal general subrogante Pablo Camuña y el auxiliar fiscal Agustín Chit habían pedido la imposición de 12 años de prisión para el empresario, como también su detención y los decomisos y las medidas de reparación finalmente dispuestas.

De acuerdo con la acusación, Gambandé se hizo conocido como dueño de varios boliches, prostíbulos y locales donde se hacían “shows” y fiestas privadas a fines de la década del ’90 y a principios de los 2000. A través de falsas ofertas laborales, captaba mujeres en situación de vulnerabilidad para explotarlas sexualmente en locales que eran de su propiedad y que estaban ubicados en el centro de la capital provincial.

La investigación del caso se inició en 2012, a raíz de una denuncia anónima sobre el funcionamiento de prostíbulo de los denominados “de puertas abiertas”.

Si bien los hechos investigados ocurrieron en el transcurso de un año, una de las mujeres resaltó que Gambandé desarrollaba actividades ilícitas vinculadas a la explotación sexual de mujeres desde el año 1996.

El juicio comenzó el 3 de agosto. En la primera audiencia declararon Gambandé y dos víctimas, quienes lo hicieron acompañadas por el Programa de Asistencia Integral a Víctimas de Trata de Personas. En el juicio interviene como querellante la Fundación María de los Ángeles. La fiscalía cuenta con la asistencia del representante local de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), Daniel Weisemberg. A lo largo de siete audiencias declararon treinta personas más y una cantidad similar de declaraciones brindadas en la instrucción se incorporó por lectura. Ayer se realizaron los alegatos y el 21 de septiembre se conocerán los fundamentos.

Últimas palabras

Esta mañana, antes de que se conozca la sentencia, una de las víctimas fue convocada pronunciar últimas palabras. “Ante nada quiero agradecerles personalmente por el respeto y empatía con la que me sentí tratada, agradecer al Ministerio Publico Fiscal, a la PROTEX y a la Fundación María de los Ángeles Verón por el cuidado hacia mi persona pero sobre todo al Programa Nacional de Rescate y Asistencia a las Víctimas por toda la contención, acompañamiento y Asistencia brindada. Quizás suene extraño agradecerlo, pero desgraciadamente las víctimas no siempre tenemos el trato, acompañamiento y asistencia adecuadas”, comenzó.

Y luego continuó: “Con 16 años llegué a Tucumán, venía de Salta, llena de incertidumbres (…) Luis Roberto Gambandé, te aprovechaste de todas mis vulnerabilidades, exponiendo así mi integridad física miles de veces y no solo por el peligro de enfermedades de transmisión sexual o por los golpes que recibí para consentir una violación paga, o los objetos que tuve que introducir en mi cuerpo por tus consejos, sino porque me enseñaste que el amor era sometimiento, sumisión y violación (…) Construiste de mí una prostituta a tu antojo”.

“Me privaste de ver a mis hijos crecer (…) Me convenciste de que lo que me hacías era trabajo y quizás mi cabeza lo aceptó para no sentirme sucia e indigna, porque viví 16 años avergonzada inventando trabajos que jamás tuve. Me robaste el poder educarme y me desvalorizaste tanto que después de haber salido del infierno lloraba con ataques de pánico creyéndome incapaz de poder realizar cualquier otro trabajo. Vi llorar a mis hijos de hambre miles de veces y tuve que salir a vender mi cuerpo por remedios mientras vos te dabas todos los lujos. Por mucho tiempo no pudimos salir ni a comprar una golosina sin miedo, por un tiempo nos hiciste creer que nada valía la pena más que volver a tus redes”, agregó.

“Hoy con 40 años puedo decir que soy libre, en una jaula abierta de la que no me animo a salir. Cargando con cada secuela que quedó en mi cuerpo y en mi psiquis, y sí, eso también lo hiciste vos: neumonías recurrentes, ocho abortos, intentos de suicidios, cáncer infiltrante por HPV, menopausia quirúrgica sin la mitad de mi vagina, osteopenia, trastorno depresivo mayor recidivante, trastornos de angustia, trastornos límites de la personalidad, trastorno de estrés postraumático, insomnio, trastorno adaptativo con alteración mixta de las emociones, fibromialgia y tabaquismo con enfisema pulmonar y EPOC (…) No te perdono, Luis Roberto Gambande, pero sí te suelto porque más allá de todo el infierno que viví creo en la justicia. Y que así sea, se hará justicia, por mí y por todas. Hoy tenemos voz. Ninguna mujer nace para puta”, concluyó.