Al condenado también se le atribuyó la autoría de una tentativa de femicidio.
Un hombre de 32 años fue condenado en la ciudad de Santa Fe a la pena de 25 años de prisión tras ser hallado culpable de abuso sexual en perjuicio de cuatro niñas y un niño de su entorno familiar, entre ellas su propia hija, además del intento de femicidio de una de las víctimas, informaron hoy voceros judiciales.
La condena recayó sobre una persona identificada con las iniciales JAL, para evitar la revictimización de la niña que lleva su mismo apellido, y fue dictada por un tribunal compuesto por los jueces Sergio Carraro, Jorge Patrizi y Pablo Ruíz Staiger.
La Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) del Ministerio Público de la Acusación (MPA) se mostró disconforme con la pena y anunció que presentará un recurso de apelación para que se eleve su duración.
El Tribunal dio por acreditado que el imputado cometió los abusos sexuales en una casa ubicada al norte de la capital provincial donde residía con su grupo familiar.
Los delitos fueron cometidos en reiteradas oportunidades en perjuicio de cada una de las víctimas y según la Fiscalía, «las cuatro niñas y el niño sufrieron los abusos desde que eran muy pequeños hasta que fueron institucionalizados a raíz de las condiciones de vulnerabilidad en las que vivían”.
Los cinco tenían edad para transitar la escolaridad primaria y según los fiscales habían naturalizado «la violencia que el condenado desplegaba hacia sus familiares».
«Además, las víctimas eran testigos entre sí de los abusos sexuales que padecían”, indicó la Fiscalía en el marco del debate oral.
Al condenado se le atribuyó la autoría de una tentativa de femicidio; de abuso sexual gravemente ultrajante calificado (por la guarda y por la convivencia en relación a las cinco víctimas; y además por el vínculo, en el caso de su hija); y de promoción a la corrupción de menores calificada (por la edad de las niñas y el niño, por la guarda y por la convivencia).
En cuanto al intento de femicidio, en mayo de 2017 el imputado intentó asfixiar con una sábana a una de las hijas de su pareja, que en ese momento cursaba el primer tramo de la escuela primaria.
La Fiscalía afirmó que “el agresor hizo lo posible por quitarle la vida a la niña y no lo logró debido a que un hermano de la víctima intervino» y que «la tentativa de femicidio se llevó a cabo en un contexto de ataques físicos constantes, insultos, malos tratos y violencia sexual que el condenado ejercía en contra de la niña”.