Se trata del ciudadano colombiano Manga Escobar, quien había estado jugando en Islandia, fue condenado a dos años y medio de prisión y a pagar 4.9 millones de coronas islandesas.
El futbolista colombiano Andrés Manga Escobar fue encontrado culpable de violación a una mujer en Islandia. La Audiencia Nacional ratificó la condena a dos años y medio de prisión y a pagar 4.9 millones de coronas islandesas.
El colombiano, que tiene 31 años, llegó en 2021 para jugar con el, qu, donde anotó dos goles en 17 partidos. El 25 de septiembre de ese año fue su último partido tras el inicio del proceso jucicial. Antes fue jugador de Estudiantes de La Plata en 2018.
Una mujer lo denunció por violación, dijo que el jugador se había aprovechado de su estado de embriaguez.
En marzo pasado, Escobar pidió a Colombia que le ayudaran económicamente y con asesoría jurídica, dijo estar solo y con poco dinero en Islandia.
El jugador siempre dijo ser inocente y que las relaciones habían sido consentidas. Pero la Justicia no encontró solidez en sus argumentos de defensa.
El jugador dijo en una entrevista con Win Sportslo: «Nos encontramos en el centro de la ciudad, veníamos conversando, ella me estaba hablando de lo mucho que le gustaba la cultura de los colombianos y los chicos de color. Decidimos ir a mi apartamento por consentimiento de ambos y pasó lo que debe pasar entre dos personas adultas».
«Al otro día ella se fue y le dije que me dejara saber cuando estuviera en su casa, yo tengo los mensajes. Al otro día yo vi la chaqueta de ella en el suelo y le escribí que se le había quedado. Ella me dijo quue la mamá y el papá iban por la chaqueta, eso me hizo extraño. Sin embargo, le dejé la chaqueta en el lobby y no respondí más, pero al rato llegó la policía. Ella le dijo a un amigo que no se acordaba de mucho y el amigo le dijo que si era así era violación, entonces ella puso la denuncia. Esta es la segunda denuncia que hace la chica por abuso sexual, la primera vez el muchacho salió absuelto por falta de pruebas», dijo el jugador, pero la Justicia no le creyó.