Luego de que se filtraran imágenes del gendarme argentino Nahuel Gallo detenido por el gobierno de Nicolás Maduro, el Estado venezolano todavía no informó con precisión dónde se encuentra cautivo. En un principio, se pensó que podría ser en el Helicoide. Sin embargo, en los últimos días empezó a tomar más fuera la hipótesis de que podría estar recluido en el Internado Judicial de El Rodeo.
La detención de Gallo se produjo el 8 de diciembre de 2024 en Venezuela, cuando intentaba ingresar al país a través de la frontera con Colombia. Desde entonces, el caso estuvo marcado por distintos cuestionamientos de la Argentina al gobierno venezolano para conocer más detalles sobre las condiciones en las que se produjo la captura.
La posibilidad de que se encuentre detenido en ese centro está siendo manejada por la pareja de Gallo, María Alexandra Gómez, en declaraciones dadas luego de que se filtraran las imágenes. Mientras el gobierno de la Argentina está estudiándolas para confirmar o no su veracidad e intentar determinar el lugar donde podrían haberse producido, El Rodeo es uno de los centros penitenciarios más cuestionados en Venezuela.
“Las condiciones de reclusión en el ‘Rodeo I’ son crueles, inhumanas y degradantes”
El 25 de junio de 2024, Amnistía Internacional cuestionó, junto con otras organizaciones, las condiciones en las que están internadas las personas en esa cárcel. La misiva, enviada a Julio García Zerpa, el Ministro del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, indicó lo siguiente: “Según la información que hemos recibido, las condiciones de reclusión en el ‘Rodeo I’ son crueles, inhumanas y degradantes, y en ciertos casos, podrían llegar a constituir tortura. Recordamos que la prohibición de la tortura es una norma perentoria del derecho internacional”.
En el texto, las distintas organizaciones firmantes recordaron lo siguiente: “Si bien el artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que el Estado venezolano es parte, dicta que: ‘Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano’, hemos documentado cómo la realidad en las prisiones venezolanas está muy lejos de cumplir con esta obligación”.
Más adelante, agregaron: “Nos preocupa gravemente la información recibida en torno a que los centros penitenciarios en Venezuela se caracterizan, en términos casi universales, por contar con serias deficiencias de estructura, salubridad y seguridad para las personas privadas de libertad, así como la falta de acceso a servicios básicos como el agua y la alimentación”.
En la carta, las organizaciones advirtieron que “es de particular gravedad la situación en el ‘Rodeo I’” y señalaron que han recibido denuncias “sobre la forma en la que las autoridades penitenciarias del ‘Rodeo I’ estarían sometiendo intencionalmente a las personas privadas de libertad en este centro a condiciones particularmente crueles e inhumanas, con el fin de intimidarlas o coaccionarlas, por razón de ser consideradas como opositoras o disidentes políticos”.
Rodeo I: “otro de los centros reportados como sitios de tortura de los presos políticos”
La carta de Amnistía Internacional y otras organizaciones se publicó un mes antes de las Elecciones Presidenciales de Venezuela, organizadas el 28 de julio de 2024. Luego de estas, se registraron cientos de detenciones por parte del gobierno de Nicolás Maduro. De acuerdo con la organización no gubernamental Foro Penal, en agosto de 2024 había al menos 1500 personas detenidas en contexto de protestas postelectorales y desde el 2014 hasta la actualidad, la organización contabilizó 18 mil 128 detenciones políticas en Venezuela.
Dentro de ese número, al menos 31 personas cuentan con doble nacionalidad y 19 son extranjeros. Uno de ellos es Nahuel Gallo. En este contexto, en diciembre de 2024, el Comité de Familiares y Amigos por la Libertad de los Presos Políticos (CLIPPVE) publicó un informe titulado “Prisión injusta, celdas inhumanas”. En este, indica que “las cifras de detenciones arbitrarias en el contexto postelectoral ocasionaron una crisis en las condiciones de reclusión que ya venían siendo precarias, destinando para la reclusión de los nuevos presos políticos centros carcelarios usados tradicionalmente para presos comunes”.
En relación con el Rodeo I, el informe lo describió como “otro de los centros reportados como sitios de tortura de los presos políticos” en Venezuela. Cuando se investigó sobre la alimentación que los detenidos estaban recibiendo, la investigación arrojó: “Del Internado Judicial de El Rodeo I se desconoce el estado de la alimentación que reciben los detenidos” y que los “familiares declaran que el acceso al agua potable se ha convertido en una forma de tortura”.
La historia del Internado Judicial de El Rodeo comenzó en 1980, cuando se construyó Rodeo I. A esta edificación le siguieron dos más, Rodeo II, creada en 1998, y Rodeo III, presentada en 2011. Se encuentra en las afueras de la Gran Caracas, en el estado Miranda.
Citando un testimonio recopilado, en el informe se especificó lo siguiente sobre las condiciones de los detenidos en el Rodeo I: “… están en una celda de 2 x 2 metros, hacen sus necesidades en una letrina, que es un hueco en el suelo ubicado al lado de la cama de cemento. Allí mismo tienen un tubo de agua, donde no tienen agua continua, sino que le dan dos o tres minutos de agua al día para que hagan su aseo personal y laven su uniforme, entonces los presos se ven obligados a bañarse con la ropa puesta, así optimizan el tiempo lavando la ropa y bañarse al mismo tiempo. Están totalmente incomunicados. Por cada celda hay un solo detenido, cerrado por una santamaría (reja) negra, que solo tiene una abertura en el medio, por la cual le pasan los alimentos”.