El miércoles a la tardecita Denis Ramírez (29) pasó por la casa de su hermana mayor, Silvana (33), para despedirse. Viajaría junto a su familia a Corrientes para los 60 años del tío de su mujer, Sabrina Roldán (28). Era la primera vez que viajaría en ruta con su auto Vokswagen Bora, que había comprado a principios de año.
Entre la angustia y el shock, Silvana Ramírez intenta hablar con Clarín, pero le cuesta pronunciar palabras, hilvanar frases. El llanto y la congoja echan por tierra los intentos. Pero insiste y se esfuerza pese al dolor que la envuelve. «Mi hermanito del alma, no puede ser lo que pasó, no entiendo nada, cómo pudo suceder, Denis era un pibe tranquilo, prudente, nada loquito y como tuerca que era estaba feliz con poder manejar en ruta. Se iba con toda la familia a pasar el fin de semana largo a la ciudad de Corrientes.
«Nos vimos anteayer, pasó a saludarme, tomamos unos mates y viajaban al otro día (jueves). Había arreglado en el trabajo para poder tomarse estos dos días y volver el martes. Estaba contento, tenía muchas ganas de cambiar de aire, allí los esperaban familiares, una fiesta, todo estaba planeado para unos días hermosos… Y pasa esta tragedia -se quiebra-. No sabemos qué pudo pasar, si fue una falla mecánica, si fue un error humano, no sabemos nada. Ahora sólo queremos traer los cuerpos pero nadie nos ayuda, ni la empresa donde trabajaba Denis ni la aseguradora».
El jueves, después del mediodía, Denis, Sabrina, sus hijos Lion (9) y Catalina (2), y Estrella (15), tía de los chicos, salieron de Rafael Castillo -donde vivían- y rumbearon hacia Corrientes capital previendo llegar antes de la medianoche. A la altura de Gualeguaychú, Entre Ríos, circulando por la Ruta 14, conocida en ese tramo como «ruta de la muerte», Ramírez habría perdido el control según lo descripto por familiares que viajaban en un auto que iba detrás del Volkswagen Bora. «No entendemos qué pudo pasar, pero parece que por algún motivo Denis fue directo a parar abajo del camión».
El hecho ocurrió a la altura del kilómetro 42 de la ruta nacional 14 cuando el Bora embistió por detrás a un camión semirremolque estacionado en la banquina. Todos murieron en el acto después del brutal impacto. La noticia llegó a oídos de los familiares de Buenos Aires, de parte de Sandra, la mamá de Sabrina, que iba en otro auto y que aún se encuentra en Gualeguaychú junto a otros hijos.
Denis y Sabrina se conocieron en el barrio, un amigo en común los presentó en 2010 y desde entonces nunca más se separaron. «Eran la familia perfecta, súper unidos, con hijos increíbles, mi hermano siempre atento a dar una mano a mí y a los otros seis que somos, además de estar siempre ayudando a mi vieja, que tuvo dos ACV. Y ella, Sabri, hermosa cuñada, prestándome el oído cada vez que la necesitaba, que era muy seguido. Yo estoy terminando el secundario con 33 años gracias a que Sabri me estimuló».
Hace más de una década que Denis trabajaba en La Dolce, la distribuidora de golosinas. «Era un polifuncional, hacía de todo… operario, repartidor, distribuidor. Se mataba laburando y Sabrina se había graduado de peluquera y manicura, pero no estaba ejerciendo porque tenía a Catalina, que era muy chiquita. Pero siempre tan previsores, tenía planes de tener su local y ayudar a Denis. Ambos se compraron un terrenito en Rafael Castillo, donde estaban edificando, porque tenían previsto mudarse en 2023. Mientras compartían vivienda con Sandra, su suegra».
Sabrina (28), su hermana Estrella (15), que estaba en el auto siniestrado, y la mamá de ambas, que circulaba en el coche de atrás.
Silvana jura y perjura que su hermano «no era ningún loquito al volante, más bien todo lo contrario, entendía mucho de motos y de autos, eran su debilidad. Poder comprar su auto fue un logro muy soñado, porque ya estaba cansado de andar en moto y harto de ser víctima de la inseguridad y que se las robaran. Tres veces lo asaltaron, la última soportó una entradera, los chorros se le metieron en su casa, los ataron a todos, los amordazaron, incluido a los chicos, y fue la gota que rebalsó el vaso; no quiso más motos y se puso en la cabeza el auto y pudo comprar uno usado».
Con orgullo, Silvana habla de su hermano como «el fiel reflejo de un pibe humilde, con pocos recursos, como toda mi familia, que pudo salir adelante gracias a su esfuerzo. Nadie le regaló nada, fue escalando gracias a laburar de lunes a sábados y ponerse objetivos y metas en la vida. Yo aprendí mucho de él y de Sabrina, su mujer, que si bien eran jóvenes y tenían mucho porvenir, se pelaron el lomo para salir de la casa de pisos de tierra».
Respira profundo Silvana, que también vive en Rafael Castillo junto a sus hijos. Se quiebra porque la angustia no saber cómo harán para traer los cuerpos, que se encuentran en la Morgue Judicial de Gualeguaychú. «Todos se lavan las manos. La aseguradora dice que como es otra jurisdicción no puede hacer nada, la empresa donde trabajaba Denis responde que no puede ‘hacer regalo de ese monto’ en estos momentos. Lo cierto es que necesitamos unos 250 mil pesos para trasladar los cinco cuerpos y abrimos una cuenta para los que nos puedan ayudar».
Llora y ríe Silvana, mientras mira cada foto de su hermano en la galería de su celular. Cada imagen le despierta una reacción. «No puede ser, en ésta, mirá, fue hace nada». Se lo ve a Denis en un asado luciendo una camisa pituca. «El iba empilchado, pero no le podías pedir que encienda el fuego, porque no quería ensuciarse», recuerda con un instante de alegría. «Era delicadito, siempre pendiente de la limpieza y de la ropa impecable. Un pibe muy prolijo y ordenado, que invitaba a que lo jodiéramos y se la súper bancaba».