Los soldados veteranos de la guerra contra la subversión y todos los familiares de las 21.200 víctimas provocadas por las acciones armadas de los grupos insurgentes se reunirán el próximo 9 de febrero en la provincia de Tucumán, informa el historiador Guillermo H. Sottovia, autor de «Relatos de una guerra no declarada» y de «Argentina, no me olvides».
El 9 de febrero de 1975 la presidenta María Estela Martínez de Perón firmó el Decreto 261/75 para poner en marcha el Operativo Independencia.
A través de ese decreto, se le ordenaba a las Fuerzas Armadas y de seguridad dirigirse al Norte argentino para aniquilar y neutralizar los ejércitos irregulares que intentaban declarar a la provincia de Tucumán “liberada”.
El operativo de contrainsurgencia incluyó combates y actos represivos contra las organizaciones guerrilleras Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, partidos políticos, sindicatos, organizaciones estudiantiles y religiosas, etc.
“Tucumán se había convertido literalmente en un Vietnam, donde estos ejércitos irregulares entraban a los pueblos, los tomaban, saqueaban y ejecutaban a civiles y militares”, explica Guillermo H. Sottovia, impulsor de la convocatoria de febrero. Y agrega acerca del accionar de los grupos guerrilleros: “No era distinto en las ciudades, sólo que la violencia urbana era llevada a cabo por medio de bombas, secuestros, asesinatos a docentes, diplomáticos, industriales, gremialistas, personal militar, de seguridad, periodistas y clérigos”.
A la convocatoria se unirán también veteranos de la lucha contra la subversión de Uruguay, junto a los familiares de sus propias víctimas.
En Tucumán se homenajeará a los soldados y civiles inocentes muertos con el fin de visibilizarlos, “ya que uno tras otro gobierno los ha dejado solos, e incluso se ha perseguido a los propios familiares de las 21.200 víctimas”, indica Sottovia.
“Llevaremos un mensaje de pacificación pero sin ocultar la otra parte de la historia. Por una verdadera paz, justicia y memoria completas, puesto que una historia a medias es una mentira que repercute interna y externamente”, añade.
Sottovia, junto al ex montonero Luis Roberto Labraña, inventor del falso número de los 30.000 desaparecidos, llegaron a la conclusión en las páginas del libro «Argentina, no me olvides» que ambos bandos creían y estaban convencidos de que salvarían a la patria. Sin embargo, solo provocaron pérdidas: “En el medio, hubo un baño de sangre que duró desde 1964 hasta comienzos de los años ‘80”.