Las dos víctimas trabajaban en un tambo, ubicado en la localidad de Pasco.
El gobierno de la provincia de Córdoba, a través del Ministerio de Salud, confirmó la segunda muerte por leptospirosis, enfermedad que se transmite por una bacteria que suele estar presente en la orina de ciertos animales como son los roedores, perros, vacas, cerdos, caballos y animales silvestres.
“Son adultos de 51 y 63 años. Uno es empleado de un campo y el otro es dueño del establecimiento ubicado en la localidad de Pasco”, según informó Laura López, subsecretaria de Estrategias Sanitarias y Acceso a la Salud de Córdoba.
En este contexto, la funcionaria provincial explicó que se trata de «casos atípicos» y señaló que aún no se pudo identificar el contacto de alto riesgo que tuvieron las victimas, que trabajaban realizando tareas de ordeñe y manejo de animales, como cerdos y ovejas.
Además, contó que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realizó el control correspondiente y los animales muestran ser portadores de la enfermedad.
“Los síntomas de esta enfermedad pueden parecerse inicialmente a los de la gripe y el dengue y, en zonas endémicas, a los de Fiebre Hemorrágica Argentina; por eso es sumamente importante la consulta temprana y el tratamiento oportuno para reducir los riegos de presentar formas graves”, afirmó Laura López.
Qué es la leptospirosis
La transmisión de esta bacteria, que sobrevive en lugares húmedos y protegidos de la luz, se produce por el contacto directo con la orina de un animal infectado, o por ingestión de alimentos y agua contaminados con dicha orina.
Si bien no es común el contagio en personas, la enfermedad tiene un alto riesgo de letalidad, que puede alcanzar el 40% en los casos más graves.
El periodo de incubación puede variar de uno a 30 días, pero normalmente ocurre que entre 7 y 14 días después de entrar en contacto con las aguas de la inundación o residuales pueden comenzar los síntomas que son: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general.
Leptospirosis: cómo prevenirla
Evitar la acumulación de agua en domicilios.
Evitar el contacto con aguas y superficies que puedan estar contaminadas.
Eliminar basura y escombros para que no se transformen en refugio de roedores.
Mantener los residuos en recipientes cerrados de preferencia lejos del suelo para evitar que sean fuente de alimento para ratas.
Almacenar los alimentos en lugares secos y frescos, dentro de frascos, envases de plástico o lata con tapa a más de 50 cm del suelo (no usar bolsas para guardarlos ya que las ratas las rompen fácilmente).
Fortalecer la higiene en el hogar y tapar los orificios de las viviendas por donde puedan ingresar roedores.
Desinfectar con lavandina diluida los lugares donde se observó tránsito de roedores, o puede haber restos de heces u orina de ratas utilizando guantes y botas. Evitar barrer o realizar acciones que puedan levantar el polvo.
Realizar control de roedores en domicilios.
Utilizar guantes y botas de goma para realizar tareas de desratización, desmalezado o limpieza de baldíos. Los trabajadores en riesgo ocupacional deben adoptar estas pautas especialmente.
En zonas rurales, se aconseja consultar al veterinario ante la aparición de abortos o enfermedades en animales. También se recomienda utilizar ropa protectora al trabajar, atender a los animales, y en zonas inundadas o al atravesar aguas estancadas. En áreas endémicas, es crucial vacunar a perros y vacas.