El joven fue visto por última vez el 16 de abril y en la noche del miércoles volvió a su hogar junto a su hijo. «No queremos ahondar sobre qué pasó, lo importante es que volvió», dijo su padre, Gustavo Acosta.
Familiares y amigos buscaban desesperadamente al joven Pablo Martín Acosta, de 32 años. Había sido visto por última vez el sábado 16 de abril a la mañana cuando se fue de la iglesia Santa Catalina, en Saladas, donde se quedó a dormir.
En la noche de miércoles Pablo llegó a su hogar y llamó a su familia. «Fuimos y lo abracé, no me contuve», contó Gustavo, padre del joven.
«Lo importante era que vuelva y van a haber cosas que en familia vamos tener que ver y resolver pero como dije en un primer momento las cosas se van a solucionar», señaló.
Gustavo contó que no vio muy bien a su hijo y que tenía «el aspecto de una persona que anda por la calle. Estaba más flaco, bastante demacrado y no paraba de llorar y pedirnos perdón».