Luego de una persecución por varias calles, al menos dos narcos que se movilizaban en un automóvil lograron escapar ayer a la siesta tras abandonar el vehículo en un pasillo sin nombre, del barrio Ongay, ubicado en cercanías a un galpón que funciona como depósito de la Dpec. Secuestraron del interior del auto cuatro ladrillos rectangulares que pesaron 4,230 kilogramos de cocaína.
Fuentes policiales indicaron que alrededor de las 15, sorprendieron a personas en un Crysler, en plena entrega de un pan rectangular color ocre con detalle rojos, a los ocupantes de una motocicleta de 150 cc dominio no visible, quienes se alejaron a gran velocidad.
La policía realizaba tareas de campo -recorridas y vigilancia en el marco de la Ley 23.737- en un trabajo coordinado con el Juzgado Federal Nº 2, Secretaría Penal Nº 1. En proximidades de las calles Reconquista y Andalucía presenciaron el pasamanos del paquete sospechoso.
Ante ello, impartieron la voz de “alto, Policía”, y los ocupantes del automóvil -que serían 2 o 3 personas- hicieron caso omiso y, por el contrario, se alejaron deprisa, iniciándose una persecución que concluyó en un pasaje ubicado entre las calles Ex Vía y Yofre, del barrio Ongay.
La Dirección General de Drogas Peligrosas y Crimen Organizado secuestró el estupefaciente hallado dentro del vehículo, ante la presencia de testigos, tras lo cual constataron que se trataba de clorhidrato de cocaína, con un peso de 4,230 kilogramos. En tanto, se avanza con la investigación para ubicar al propietario del automóvil.