«Mi hija no es culpable pero tampoco es inocente», aseguró el hombre acerca de la madre de Aralí, la nena de 8 años que fue abusada y asesinada en Córdoba.
El abuelo materno de Aralí Vivas declaró este jueves en la causa por la muerte de la nena de 8 años, cuyo cuerpo fue rescatado tras un incendio en su casa de Córdoba. El hombre aseguró que su hija «no es culpable pero tampoco es inocente», y que se hacían «fiestas negras» en esa vivienda.
El relato de Omar Rauch, abuelo de Aralí, abonó la hipótesis de que el sábado pasado la nena fue abusada sexualmente y asesinada en su hogar de la localidad de Brinkmann, en el noreste de la provincia de Córdoba.
Rauch responsabilizó de manera directa a la pareja de su hija, Ezequiel Simeone, de 33 años, y a Cristian Hernán Varela, de 40, que estaban con la nena en la casa serían también los autores del incendio posterior para tapar el crimen cometido.
La justicia de Córdoba ya detuvo a Simeone y a Varela tras acusarlos por el crimen, y a Rocío Rauch, la madre de Aralí, por omisión de cuidados de la pequeña.
El abuelo de Aralí afirmó ante el fiscal Oscar Grieco que en la casa de su hija Rocío se hacían «fiestas negras», y le reprochó a la mamá de la nena haberla dejado en manos de Simeone y Varela para ir a la casa del padre biológico de la pequeña a reclamar por la cuota de alimentos.
«Mi hija no es culpable pero tampoco es inocente», afirmó Rauch.
Las otras dos hijas del hombre -tías de Aralí- afirmaron en diferentes momentos de la investigación que Rocío Rauch no debería haber tenido la custodia de sus hijos por el ambiente en el que vivía.
Pero Rauch le dijo al canal El Doce de Córdoba que Rocío «fue sometida a una serie de estudios y pericias de los especialistas antes de que le devuelvan los niños» en agosto de este año.
Otro tanto confirmó el fiscal Grieco, quien detalló que a principios de julio de 2024 la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) le comunicó al juzgado de familia que Rocío Milagros Rauch y Matías Ezequiel Simeone estaban «aptos» para la revinculación tras someterse a tratamientos por sus adicciones.
La medida fue reprochada por los familiares de Aralí, para quienes la Justicia de Córdoba «nunca hizo un seguimiento» para ver si Rocío, de 28 años, estaba en condiciones «para tener a los chicos», por lo que la nena y sus hermanitos «quedaron a la buena de Dios».
La autopsia al cuerpo de Aralí reveló que “no hallaron monóxido de carbono en los pulmones” pese al incendio que hubo en su casa, sino que presentaba “un traumatismo en la zona craneal”, así como también tendría signos compatibles con el delito de abuso sexual.
En las últimas horas el fiscal Grieco habría resaltado que “la menor fue asesinada para tapar un delito precedente”, que podría tratarse de un abuso sexual y agregó que hay «testimonios de dichos espontáneos» de uno de los acusados, quien aseguró que «era costumbre abusar de esa niña».