Crimen de Eliana: macabros detalles de la autopsia refuerzan la hipótesis de la venganza «tumbera»

La joven estuvo varios días desaparecida hasta que la encontraron asesinada. Su cuerpo presentaba signos que podrían ser claves en la investigación. Mientras, la causa sigue su curso en busca de establecer la identidad del asesino.

La causa que investiga el crimen de Eliana Pacheco sigue una pista que surgió a raíz del resultado de la autopsia: se trata de un detalle macabro encontrado en el cuerpo de la víctima y que sostiene la teoría de que el móvil del asesinato estaría vinculado a una venganza.

Fuentes del caso informaron a la prensa que la joven de 24 años habría muerto como consecuencia de una asfixia mecánica por sofocación. Sin embargo, el dato más llamativo es que la laringe de Eliana fue obstruida con bollos de papel desmenuzados, que le provocaron la sofocación. 

Se trataría de una práctica «típica» de tortura que utilizan las bandas mafiosas para provocar sufrimiento en sus víctimas. Razón por la que hipótesis de un ajuste de cuentas toma cada vez más fuerza.

No obstante, hasta ahora se desconocen los autores, mientras que la fiscalía no descarta ninguna posibilidad. 

El cuerpo de la fallecida fue encontrado este viernes en las inmediaciones de plantaciones hortícolas en la zona de 38 y 203, en pleno estado de descomposición. A partir de las pericias post morten, la fiscal Virginia Bravo determinó sospecha que fue asesinada el mismo día en que desapareció.

Cómo parte de la causa, un hombre de nacionalidad boliviana fue indagado en las últimas horas. «Hay personas que ya habían brindado testimonio y a quienes se les está tomando ampliación de su testimonio”, dijo la fiscal. 

Los investigadores no descartan que se trate de una venganza por un homicidio en la Unidad Penitenciaria N° 26 de Lisandro Olmos.

Allí, cumple condena quien fue su pareja, un joven llamado Maximiliano Videla, detenido por un robo armado. Dentro del penal, Videla quedó implicado en la muerte de otro interno en el marco de una pelea, un hecho que se remonta al año 2018 y que le significó otra condena de ocho años por «homicidio en riña». 

Al respecto, estiman la hipótesis de una venganza por parte de los familiares del preso asesinado en la cárcel de Olmos.