El menor permanece detenido en el Complejo Esperanza. Esta semana confesó el hecho ante el Juez Sebastián Moro y dio detalles.
En un giro inesperado del caso, el menor acusado por el asesinato de Joaquín Sperani en la localidad cordobesa de Laboulaye confesó por primera vez su culpabilidad ante el juez Sebastián Moro.
Durante su declaración, el niño admitió haber tenido una fuerte discusión con su mejor amigo, y fue en medio del arrebato de ira cuando utilizó un fierro para acabar con la vida del joven.
Además, aseguró que no hubo otros participantes en el hecho y «dijo que no tuvo intención de matarlo», según detalló un vocero judicial.
La trágica escena tuvo lugar en una vivienda abandonada de Laboulaye, un lugar que los vecinos ya habían señalado previamente como escenario de eventos sospechosos.
Hasta el momento, los motivos exactos de la disputa entre ambos menores no han sido revelados públicamente, aunque el testimonio del acusado indica que algo en la discusión enfureció de sobremanera al joven, llevándolo a cometer el acto de violencia extrema.
El menor, cuyo nombre se ha mantenido en reserva bajo la identificación «L», se encuentra alojado en el Complejo Esperanza debido a su edad, lo que lo convierte en inimputable legalmente. En esta delicada situación, el juez Moro deberá tomar decisiones cruciales en base a los informes de los expertos y peritos involucrados en el caso.
En base a las pericias realizadas, las cuales arrojaron importantes datos sobre la salud mental del acusado, se ha revelado que «L» presenta dificultades para reconocer los daños ocasionados y un déficit para controlar sus impulsos. Este conjunto de factores será determinante en las decisiones que el juez deberá tomar en relación a la continuidad de «L» en el Complejo Esperanza o la posibilidad de reintegrarlo a su familia bajo ciertas condiciones.