Para la fiscalía, el oficial Facundo Torres es responsable de “encubrimiento agravado” por su participación primaria en la “falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada”.
La fiscalía pidió seis años de prisión para el policía de la Ciudad acusado de plantar un arma de utilería dentro del auto en el que fue asesinado el joven futbolista Lucas González en 2021. Para el fiscal Sandro Abraldes, el oficial Facundo Torres es responsable de “encubrimiento agravado” por su participación primaria en la “falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada”.
Por el crimen de González se lleva a cabo el segundo juicio donde el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº29 debate si Torres es culpable de haber incorporado en el auto en el que viajaba la víctima y sus amigos un arma de juguete para instalar que los jóvenes salieron a robar y que el asesinato ocurrió en medio de una persecución policial.
En el juicio oral, Abraldes pidió una pena de seis años de cárcel, así como también la imposición de 10 años de inhabilitación para ejercer la función pública y para portar y tener armas.
Reclamó que el oficial declare, a modo de juicio por la verdad, que tanto “Lucas González como sus amigos Niven Huanca Garnica, Julián Alejandro Salas y Joaquín Zuñiga Gómez fueron víctimas de violencia institucional y policial con una grave afectación a sus derechos”.
Conforme a lo informado por el Ministerio Público Fiscal, el fiscal señaló además que se investigue por falso testimonio a un policía que se presentó a declarar en el debate.
“La imputación al oficial surgió en el marco del primer juicio que se hizo por el crimen del joven futbolista de las inferiores de Barracas Central. En ese debate, además de la prisión perpetua a tres policías de la Ciudad considerados coautores del homicidio quíntuplemente agravado de González, se fijaron penas de entre 4 y 8 años de prisión por diferentes delitos a otros seis efectivos de la misma fuerza”, detalla el escrito.
El debate oral contra Torres se realiza luego de que Héctor Cuevas, uno de los efectivos condenados en el caso, haya manifestado en el juicio que vio cómo otros policías “habían ‘plantado’ el arma de juguete dentro del auto en el que iban las víctimas al momento de los hechos”.
“El papel de Torres fue determinante en la escena del crimen. Si el plantado del arma salía bien, la impunidad estaba garantizada y la condena y privación de la libertad de los chicos era segura”, explicó el fiscal.
Durante sus alegatos Abraldes expresó que Lucas y sus amigos “fueron el blanco por ser jóvenes, los trataron de negros de mierda, los discriminaron por su piel marrón. La sociedad argentina tiene un componente racista y las fuerzas de seguridad tienen una marcada tendencia al respecto”.
“Para la fiscalía, debe considerarse como agravante de la pena el hecho de que Torres actuó amparado bajo su condición de oficial y que utilizó el vehículo que el estado le proveyó para llevar adelante el delito. Hizo mención al daño causado en su intento de encubrir a quienes mataron a González y las consecuencias físicas y mentales que generó eso en los otros tres adolescentes y en las familias de todos”, continúa el escrito.