Tres palestinos murieron en las últimas horas a manos de las fuerzas israelíes en los territorios ocupados de Cisjordania, horas antes de que un presunto atacante palestino fuera abatido tras atropellar con su vehículo a una mujer israelí, informaron fuentes oficiales palestinas e israelíes.
La mujer, de 20 años, se encuentra en «estado grave» con una lesión en la cabeza tras el atropello ocurrido en el norte de Jerusalén, según los médicos.
El hospital Shaare Tzedek confirmó que el presunto atacante había muerto.
Cisjordania vive una espiral de violencia, con incursiones casi diarias del Ejército israelí que provocaron decenas de muertes de combatientes palestinos pero también de civiles. En paralelo, los colonos judíos son cada vez más blanco de la violencia palestina, a veces con víctimas mortales.
El Ejército israelí afirmó que respondió a la agresión de «alborotadores» en dos incidentes distintos.
Un palestino murió tras recibir un disparo en la cabeza por parte del Ejército israelí en Beit Omar, cerca de Hebrón, donde hay una fuerte tensión entre los colonos israelíes y la población palestina, informó el Ministerio de Salud palestino.
El Ejército israelí afirmó en un comunicado que abrió fuego contra personas que lanzaban piedras y artefactos explosivos contra los soldados, cuyos vehículos quedaron bloqueados por un problema técnico cerca de Beit Omar, informó la agencia de noticias AFP.
En otro suceso, dos hermanos, Jawad y Dhafer Abdul Rahman Rimawi, de 22 y 21 años respectivamente, murieron por fuego israelí en Kafr Ein, cerca de Ramallah, sede de la Autoridad Palestina en Cisjordania ocupada, anunció la misma fuente.
El ministro de Asuntos Civiles palestino, Husein Al Sheikh, tuiteó que se trataba de una «ejecución a sangre fría» y lo tachó de un «crimen horrible».
El movimiento islamista palestino Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, dijo en un comunicado que la «escalada» israelí sería respondida con una «resistencia creciente» por parte de los palestinos.
La violencia se ha intensificado en los últimos meses en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Tras los mortíferos atentados de marzo y abril pasados en Israel y otros ataques posteriores, el ejército israelí llevó a cabo más de 2.000 incursiones en Cisjordania, especialmente en las zonas de Yenín y Naplusa (norte), bastiones de los grupos armados.
Estas incursiones, y los enfrentamientos que generan han dejado más de 125 palestinos muertos, el mayor número de víctimas en siete años, según la ONU.
El recrudecimiento de la violencia durante los últimos meses ha hecho saltar las alarmas internacionales ante el posible estallido de un conflicto.
«Tras décadas de persistente violencia, expansión de los asentamientos ilegales, negociaciones inactivas y profundización de la ocupación, el conflicto está llegando de nuevo a un punto de ebullición», alertó ayer el coordinador especial de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, quien abogó por reimpulsar las negociaciones para un acuerdo de paz en línea con la solución de dos estados.
Estos enfrentamientos ocurren mientras se están llevando a cabo las negociaciones para formar un nuevo gobierno en Israel, entre el primer ministro designado, Benjamin Netanyahu, al frente del partido de derecha Likud, y sus aliados ultraortodoxos y de extrema derecha, que lideraron las elecciones legislativas del 1 de noviembre, por delante del bando centrista de Yair Lapid.
Itamar Ben Gvir, uno de los dirigentes de la extrema derecha -que consiguió la cifra récord de 14 escaños en el Parlamento- defiende que las fuerzas israelíes utilicen más violencia contra el «terrorismo».