La bronca de los jugadores xeneizes por el penal polémico que cobró Fernando Rapallini en el final de la Supercopa con Racing, siguió en el viaje de vuelta…
«¿Qué, si no nos corremos nos vas a cobrar penal?». Quizá hubiera sido mejor que al regresar de Al Ain los diez árbitros que participaron de la Supercopa Internacional entre Boca y Racing volaran directo a Paraguay, como se había pensado en un principio, y no en el mismo vuelo que los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes xeneizes.
Pero finalmente, pese a la intención de los pitos de tomar un avión aparte que los depositara en Asunción (allí se entrenan los pitos internacionales), la organización del trofeo decidió que tanto las dos delegaciones como los árbitros, los periodistas, los empleados y las autoridades de la Liga Profesional regresaran todos en el mismo charter. Y allí, antes de que la nave despegara de Emiratos Árabes con destino a Buenos Aires con previa escala en Madrid se vivió un episodio puntual que dejó en evidencia el resquemor existente entre los jugadores de Boca y otros pasajeros.
¿Acaso hubo algún chispazo con los futbolistas de la Academia que viajaban con la copa en la parte delantera? No, señor: el tenso momento se vivió con los jueces del partido… Porque los jugadores de Boca no dejaron pasar la oportunidad de seguir recriminándoles a Fernando Rapallini y sus asistentes el penal que sancionaron a los 46’ del segundo tiempo y que en definitiva le terminó dando la chance a Racing de ganar el partido gracias al 2-1 de Gonzalo Piovi.
¿Qué fue lo que pasó? Si bien las consignas del viaje estaban claras desde el comienzo (se hizo un sorteo para saber en qué sector del avión viajaría cada plantel y así quedó estipulado que a la ida Racing iría en la parte trasera del avión y Boca, adelante), cuando empezaron a abordar la nave para el regreso, los jugadores de Boca subieron primero y se sentaron en los asientos del fondo. Hasta ahí, todo bien.
El tema es que en esa zona del avión también debía viajar parte del personal de la Liga y de la comitiva arbitral (incluidos los responsables del VAR), quienes en la ida habían compartido el hábitat con los jugadores de la Academia. Hete aquí que, aún con la bronca a cuestas, el plantel xeneize no dejó que nadie más ocupara esos asientos. “No pueden pasar acá ustedes, esto es sólo para nosotros. No pueden viajar acá”, fue el freno que pusieron dos de los principales referentes, a pesar de que muchos de los pasajeros tenían sus tickets con asientos numerados para esa parte del avión.
En ese momento empezó un intercambio de palabras entre los jugadores y las personas que debían viajar allí, que de buena manera les explicaron que esos lugares no eran únicamente para ellos y que a la ida había ocurrido lo mismo con los futbolistas de Racing y no habían existido inconvenientes. Pero no hubo caso: en medio de ese ida y vuelta pasaron por delante de los jugadores algunos integrantes de la decena arbitral (sí, eran diez), que también pretendían ocupar sus lugares. Y ahí, desde el fondo del avión surgió el grito de otro futbolista del plantel. “¿Qué, si no nos corremos nos vas a cobrar penal?”.
Para que la cosa no pasara a mayores tuvo que intervenir un empleado de logística de Boca que suele acompañar al plantel, aunque él también siguió en la misma sintonía que los futbolistas, diciendo que en esa zona solo podían sentarse los jugadores. Fue tan incómodo el momento que también debieron mediar algunas autoridades de la Liga para poner paños fríos.