¡Delincuencia y violencia en su máxima expresión!…»Abran porque lo matamos», así fue el sangriento asesinato del empleado de la carbonera

Crónica de una noche violenta que incluyó un tiroteo con la policía con más de 50 balazos y dejó dos muertes y muchas preguntas.

Violencia, gritos, amenazas y 50 balazos, el robo a la carbonera de Zárate fue un ataque despiadado de un grupo armado que llegó allí buscando una gran suma de dinero y dejó un saldo de dos muertes. Horas después del hecho los investigadores fueron reconstruyendo lo ocurrido a partir de los testimonios de vecinos y víctimas, de lo que fue la noche sangrienta.

De acuerdo a la información con la que cuentan los investigadores, entre cuatro y cinco delincuentes ingresaron al predio por los fondos a la carbonería ubicada en el kilómetro 13 de la ruta provincial 193, luego de atravesar un campo, y desde allí se dirigieron a la casa principal, donde sorprendieron a los integrantes de la familia.

En medio de los gritos por el asalto, la hija del dueño logró subir por las escaleras y darle aviso a su padre, que se estaba duchando, quien escapó del lugar por una ventana, saltó por un balcón y se dirigió a la vivienda donde residen los empleados.

Desde allí, según las fuentes, salió el primer llamado al 911 en el que advirtieron que se estaba cometiendo un asalto, por lo que un patrullero se dirigió al lugar.

Mientras tanto, los peones salieron al predio a ver qué ocurría y en ese momento fueron sorprendidos por uno de los delincuentes armado que salió a correrlos.

«Dos llegan a refugiarse en la casa de peones y se encerraron con llave, pero los ladrones les patearon la puerta y agarraron al que había quedado afuera de rehén. Le pusieron un arma en la cabeza y amenazaron con matarlo si los otros no les abrían la puerta. Los peones, asustados con lo que podía pasarle a su compañero, abrieron la puerta y ahí es cuando ejecutaron a (Luciano) Padrón sin mediar palabra», dijo un investigador.

Según las fuentes, el empleado de la carbonera recibió un tiro en la cabeza y falleció en el acto.

Los delincuentes trasladaron a los dos empleados que quedaban a la casa principal, a uno lo maniataron y el otro, como se resistió, recibió un culatazo que le produjo un corte en el cuero cabelludo, dijeron las fuentes.

Tras apoderarse de una importante suma de dinero, los delincuentes pretendieron escapar, y en ese momento se registra el tiroteo con los policías que llegaron por el llamado al 911, agregaron.

«Los vecinos dicen que fue impresionante la balacera que hubo, no podían creer la magnitud de los disparos», añadió Ramiro, el hijo del dueño de la carbonera en declaraciones realizadas esta mañana a la prensa desde la puerta de la casa de su padre, al referirse al tiroteo ente la banda y la policía en el que, según testigos, se realizaron unos 50 disparos.

Los familiares de las víctimas relataron hoy a la prensa que los delincuentes les decían que alguien había aportado datos y que habían sido «vendidos», lo que significa en la jerga que contaban con información de que tenían una suma de dinero.

«Les decían que los vendieron, que querían plata. Estaban mi papá, mi sobrina, mi tía y mi hermana, a quienes amenazaron y tiraron al piso (…) los ataron con cables y cordones y a mi hermana la subían y bajaban por la escalera pidiéndole más cosas», añadió Ramiro.

Durante el hecho, además del crimen del empleado, los delincuentes asesinaron en un posterior tiroteo al policía del Grupo de Prevención Motorizada de Zárate Osvaldo Osmar Cantero (25), quien llegó al lugar alertado del asalto junto a su compañero Ezequiel Romelio, quien también fue baleado, aunque sobrevivió.

Tras el hecho, los ladrones huyeron a bordo de un vehículo por la ruta provincial 6, en dirección hacia la localidad de Ingeniero Maschwitz.

Romelio fue trasladado al hospital de Zárate y horas después derivado al Sanatorio Bernal, en el partido de Quilmes y hoy seguía internado con un balazo en el muslo derecho.