Desalojaron y detuvieron a una abuela con cáncer en Posadas

En la mañana de hoy, una mujer de 65 años fue expulsada de su propiedad mediante una orden de desalojo.

Se trata de Celestina Bernal, quien es enferma oncológica y el año pasado se quedó viuda tras la muerte de su marido Amancio Giménez.

Además, durante el operativo realizado este jueves, la redujeron, esposaron y trasladaron a la Comisaría Decimoséptima del barrio Tacurú de Posadas.

Alrededor de las 10, un equipo de La Voz de Misiones se hizo presente en la chacra 230 de Posadas, más precisamente en la intersección de las calles Soria y Alto Paraná. En ese momento, a la mujer se la llevaban arrestada y esposada, luego de una reducción efectuada por un uniformado masculino de gran porte, que se dio en medio de forcejeos.

Mientras Mónica, como la conocen en el barrio, pedía auxilio desde adentro del patrullero, un efectivo policial se subió raudamente al móvil y se la llevó a la seccional.

El procedimiento fue llevado a cabo por la oficial de justicia, que no contestó ninguna pregunta y fue quien ejecutó la orden de desalojo emitida por Fernando Marcelo Adrián Escalante, juez de primera instancia en lo Civil y Comercial, subrogante en el Juzgado 3, ubicado en el palacio de Justicia por la avenida Santa Catalina.

La vecina que vive al lado de su casa explicó que: “Siempre vivió acá, hace un año falleció el marido. En una hora quieren que desaloje, dónde va a ir la señora. Siempre venían personas y decían que eran dueños, no traían un papel. Ya están sacando todas sus cosas. Ella tiene tele, garrafa, todo están ahí adentro”.

Además, la mujer que vive lindante a la propiedad de Celestina detalló “ella tenía plata ahí adentro, del cartón que  vendió ayer, junta cartones y latitas para vender porque ni con el sueldo del marido quedó. Los vecinos todos le ayudamos”, dijo en referencia al sueldo de pensionado que tenía su finado esposo.

Durante la deposición, al menos una veintena de vecinos se congregaron e hicieron un cerco a lo largo de la propiedad pidiendo por la suspensión del procedimiento. Todos coincidían en que la mujer vive hace más de 40 años en la casa y que “luego de la muerte de su marido se la rebuscaba cartoneando, juntando chatarras y vendiendo huevos”.

Soledad Bernal, sobrina de Celestina, visiblemente consternada detalló que: “Se la llevaron a la fuerza, le lastimaron las muñecas, no les llevaron sus remedios, ella es una enferma oncológica. Además, la están dejando en la calle, ella no tiene una jubilación, no tiene donde vivir”.

Cinco para vivir
Al anoticiarse de la situación, el defensor del pueblo, Alberto Penayo, dispuso de inmediato la llegada de un equipo encabezado por el abogado Claudio Quevedo, quien sí pudo acceder a los detalles del procedimiento al entrevistarse con la oficial de justicia que, en todo momento, se negó a brindar información a la prensa.