El mandatario chaqueño presentó “Argentina Merece Más”, donde propone instaurar una quinta República en lo político, un régimen multi monetario a nivel económico y un enfoque multidimensional de la pobreza para superar las restricciones históricas “y volver ser potencia mundial”. “Cuando se trata de defender la patria siempre está el Norte Grande, pero en la distribución de los ingresos no», cuestionó.
El gobernador chaqueño Jorge Capitanich presentó este sábado en Corrientes su nuevo libro “Argentina Merece Más”, de Editorial Contexto, en el salón Azul de la Facultad de Derecho de la UNNE. En un contundente llamado a discutir la concentración de las riquezas en la Capital Federal, el mandatario puso en marcha su recorrida por las provincias argentinas.
«El desafío no es sólo definir el rumbo desde lo ideológico, sino una metodología práctica para resolver problemas históricos y volver a ser una potencia mundial ¿Por qué no somos capaces de discutir una república federal con sentido social? ¿Por qué no discutimos el rol de la capital y que esté en el norte? ¿Por qué no podemos discutir una Corte Suprema de Justicia con alcance federal y equidad de género en su composición? ¿Por qué no somos capaces de discutir mandatos limitados de los jueces y que la justicia sea para todos?», cuestionó.
“Argentina Merece Más. La construcción de un país federal. El círculo virtuoso del desarrollo” es título completo de la edición en la que expone un minucioso análisis del contexto socioeconómico y político de la República Argentina y propone el diseño de un país federal con vectores de desarrollo productivo “que generen crecimiento sostenido y empleos de calidad”, y para lo cual se requiere “un liderazgo surgido de la voluntad popular con una mirada puesta en el desarrollo de nuevas oportunidades”.
«Aquí en Corrientes nació San Martín, aquí Belgrano fundó la primera ciudad patria, el Norte Grande fue el que más soldados aportó en la guerra de Malvinas. Cuando se trata de defender la patria siempre está el Norte Grande, pero en la distribución de los ingresos no está el Norte grande», sostuvo Capitanich.
Criticó «lo injusto» de que Corrientes, por ejemplo, no tenga gas, que el segundo puente Chaco-Corrientes demande permanente gestión en Buenos Aires o que todos los veranos «haya que hacer un esfuerzo teniendo a Yacyretá que provee energía en el sistema interconectado”. «Las desigualdades no las vamos a corregir si no nos plantamos: o permanecemos impávidos frente al centralismo porteño o generamos un consenso para hacer valer lo que valemos», arengó.
«En 213 años de historia los porteños tienen energía, gas, la apropiación de la renta aduanera, concentración portuaria y el interior tiene dificultades de llegar a cumplir con servicios básicos. En síntesis, problemas serios de centralismo y corporativismo y después para los medios hegemónicos de Buenos Aires nosotros somos señores feudales y generadores de pobreza», señaló el gobernador del Chaco.
La obra se divide en tres grandes ejes temáticos, en las que el mandatario realiza un análisis del escenario internacional, el escenario nacional y presenta un plan sistemático de gobierno. Consta de siete capítulos que se titulan: Claves para entender la situación argentina, La construcción de un país federal, Desafíos para el desarrollo del país, Hacia una matriz productiva diversificada, Expansión y garantía de derechos, Hacia un cambio estructural, y Recuperar el sentido de grandeza.
*Decisiones históricas, tensiones y restricciones*
Capitanich realizó un exhaustivo análisis de las causas de las crisis económicas cíclicas a las que se enfrenta la Argentina. Desde un esquema de tríadas, identificó tres decisiones históricas que generaron tres tensiones estructurales, y a su vez, tres restricciones históricas que impiden el crecimiento económico con inclusión social.
Las tres decisiones históricas que delimitaron el modelo de desarrollo argentino fueron la distribución desigual de la tierra, el alineamiento con Inglaterra y la industrialización tardía. Estas decisiones, generaron tres tensiones estructurales a lo largo de la historia argentina: entre la calidad institucional y la estabilidad política, entre la estabilidad macroeconómica y el crecimiento, y la tensión entre inclusión social y la distribución del ingreso.
A través de este proceso, la República Argentina sufrió tres restricciones que reproducen crisis: la restricción externa, la restricción logística y la restricción energética. La restricción externa hace referencia a la insuficiencia de la oferta de divisas en el mercado formal y su exceso en el mercado informal. Mientras que la restricción logística se vincula al modelo de organización del país, de corte centralista, lo que generó serias desigualdades en materia de transporte y concentración poblacional, siendo excluyente de las provincias. En cuanto a la restricción energética, Capitanich llamó a generar políticas tendientes a la soberanía en esta materia, para reducir las importaciones.
“Esta es la Argentina de los últimos 213 años, un modelo agotado”, subrayó el mandatario. Y explicó: “Tenemos que salir de estas restricciones, para lo cual es necesario salir de la restricción institucional. No se puede gobernar la Argentina sin una reforma institucional de fondo que no limite la capacidad de liderazgo de los gobiernos para transformar la economía y la sociedad”.
*Un Plan de gobierno integral, sistemático y federal*
Durante su discurso, el mandatario propuso un plan de gobierno de carácter integral que combina tres factores: la constitución de una quinta república en lo político, un régimen multi monetario con moneda digital de curso legal obligatorio y un enfoque multidimensional de la pobreza.
“Lo que proponemos es muy claro. Ir a un debate para constituir una república democrática y federal, lo cual implica un debate constitucional”, aseguró Capitanich. Entre las propuestas, se incluyen políticas para generar infraestructura social básica, garantizar la calidad y el acceso a derechos, una política de ingresos que, mediante empleos de buena calidad, reducción y eliminación de la informalidad, aumente la tasa de salario promedio, baje la pobreza y la indigencia y promueva equidad en la distribución del ingreso.
“Discutamos un diseño de un país federal con un sistema republicano, pero republicano en serio, no republicano defendiendo intereses corporativos”, rei.
*Modelo económico*
Para alcanzar las metas propuestas, Capitanich planteó avanzar en un “proceso de industrialización acelerada”, que podrá implementarse producto de la estabilidad macroeconómica y la inversión disponible. “El plan económico es un plan integral, sistémico, holístico, que permite resolver los problemas de regla fiscal, regla monetaria y regla cambiaria, la regla fiscal pasa de déficit de superávit, la regla monetaria de alta inflación a inflación de un dígito, y la regla cambiaria regulando con un sistema de influjo de salidas y entradas de capitales con el objeto de mantener la competitividad del tipo de cambio”, amplió.
Esos mecanismos permitirán, al mismo tiempo, establecer una nueva estrategia de industrialización con un nuevo modelo de generación de empleos de buena calidad y a su vez un sistema de distribución de los recursos para el desenvolvimiento de las economías regionales para resolver, finalmente, las restricciones antes mencionadas. “No se puede tolerar más la exclusión, la pobreza y los bajos salarios. Eso es producto de un problema de inestabilidad cambiaria de origen crónica”, indicó Capitanich.
*Reforma constitucional*
Estas iniciativas se fundan además en la necesidad de contar con una nueva constitución surgida a partir de una reforma institucional, “con una discusión por consenso que nos permita diseñar un nuevo orden con calidad institucional, en donde los miembros de la Corte Suprema de Justicia se elijan como en el Chaco, por concurso de antecedentes y oposición, audiencias públicas con transparencia y que respondan única, pura y exclusivamente al ejercicio estricto de respetar la Constitución y las leyes que reglamentan su ejercicio y no hacer favores corporativos”.
“Creemos nosotros que las instituciones tienen que tener un ejercicio de calidad institucional que nos permita diseñar un nuevo modelo de país, un país federal. En consecuencia, es absolutamente imprescindible promover una reforma de carácter constitucional para lograr precisamente la gobernabilidad con calidad institucional”, finalizó.
*Democracia versus corporaciones*
Como punto de inflexión acerca de las discusiones que se dan en el mundo, llamó a generar un amplio debate desde la dicotomía “democracia versus corporaciones”. “Se trata de debatir la tensión entre democracia social y democracia formal. Nosotros desde el peronismo entendemos que la verdadera democracia es aquella en la que el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés, el del pueblo”, remarcó, y convocó a “ser capaces de reconstruir en esencia la representación legítima y la voluntad popular para lo que Cristina denomina el Estado democrático constitucional”.
“Nosotros no estamos en contra del capital. Estamos en contra del capital que se erige en oligarquía para disputar el poder al Estado. Es absolutamente imprescindible recuperar al Estado en su capacidad regulatoria para asignar los incentivos productivos y corregir las desigualdades. Eso significa democracia de carácter social, y confrontar con un modelo corporativo que se apropia al Estado para satisfacer intereses minoritarios”, sostuvo.
“Los ricos quieren ser cada vez más ricos para hacer que los pobres sean cada vez más pobres. Recuperemos el sentido de grandeza de la patria y de la democracia”, aseveró.