Los testigos declararon sobre el episodio en el que Dylan Robledo de 20 años terminó muerto de un disparo en septiembre del año pasado. La acusada del crimen, Brisa Ayelén Acebey, se encuentra con prisión preventiva.
Brisa Ayelén Acebey (19), exjugadora de San Lorenzo, una de las mellizas acusada por el asesinato de Dylan Robledo, de 20 años, ocurrido en una fiesta clandestina en septiembre pasado, luego de estar 235 días prófuga, se entregó a la Justicia y seguirá tras las rejas, por un fallo firmado esta semana que determinó prisión preventiva.
El juez Esteban Pablo Baccini, a cargo del Juzgado de Garantías N°4 de Avellaneda-Lanús, convalidó la prisión preventiva para la acusada por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Además, el magistrado decretó sobre la imputada una “inhibición general de bienes en la suma de diez mil pesos, a fin de asegurar el pago de las costas y los gastos del proceso”.
En su declaración, Acebey negó haber estado prófuga y aseguró que durante estos ocho meses siempre estuvo en su casa. Además, sostuvo que el arma no era de ella sino de otra persona y que, previo a entregársela, “la habría descargado”. Por último, señaló que “el disparo se habría efectuado accidentalmente mientras bailaba”.

Para el juez Baccini esa versión “no alcanza a desvirtuar el plexo cargoso reunido en la investigación”. Por eso, el magistrado resolvió convertir en prisión preventiva la actual detención de la imputada que, por estos días, será trasladada a una dependencia del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Hacia el final de la fiesta, cerca de las 22 horas del domingo, la exfutbolista comenzó el alboroto.
“Hasta que Brisa sacó el arma, todo estaba tranquilo. Todos jodíamos, bailábamos y tomábamos“, declaró un joven.
Es que el día de la fiesta Acebey «estaba alcoholizada y bailaba y cantaba con el arma en la mano, gatillándole de cerca a los presentes», arrojó investigación realizada por el fiscal Martín Rodríguez, titular de la UFI Nº6 de Avellaneda-Lanús.
Aún así, la joven estaba consciente. “Hablaba y respondía. Se podía dialogar con ella”, coincidieron, al menos, cuatro de los testigos que declararon en la causa.

Luego, la imputada primero le apuntó al DJ en la zona del estómago y, después, a un amigo de Dylan. “Le pedí que se alejara de mí”, le dijo uno. El otro, de acuerdo a lo referido en su declaración, la insultó y luego comenzó a forcejear para sacarle el revólver.
Acebey hizo caso omiso y continuó “jodiendo” -en base al fallo de la prisión preventiva- con el arma, hasta que se paró enfrente de Dylan, le apuntó y gatilló como lo había hecho previamente.
“La primera vez él la enfrentó y se colocó frente contra frente. Ahí fue cuando ella le disparó en el rostro. El disparo fue a centímetros de distancia, ya que, prácticamente, el arma estaba pegada a la cara”, dijo el testigo del crimen.
Tras el disparo, Dylan se desplomó. Los testigos coincidieron en que, al escuchar el estruendo, hubo gritos y, enseguida, muchos de los presentes comenzaron a huir del lugar. Uno de ellos mencionó que, al ver al joven tendido en el suelo, Acebey gritó: “Qué hice, qué hice”, y dejó caer el arma. Luego, abrió la puerta y huyó junto a su hermana melliza, Priscila.
La autopsia reveló que la causa de muerte de Dylan fue un paro cardiorrespiratorio traumático “siendo la causa originaria un traumatismo cráneo encefálico secundario al paso de un proyectil que ingresó por la mejilla derecha”.
Los peritos describieron la dirección del disparo “de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás”.
Además, indicaron que había signos de “ahumamiento y quemadura” en el orificio de entrada, por lo que se estima que “el disparo se efectuó cercano al contacto”.