Será por 90 días. El joven de 22 años, conocido con el alias de “Negro Juan”, está acusado de homicidio simple en grado de tentativa.
La Justicia de Tucumán ordenó 90 días de prisión preventiva para el “Negro Juan”, el joven de 22 años acusado de cortarle con un machete cuatro dedos de la mano izquierda un delivery en Tucumán durante un intento de robo.
El acusado está imputado por delito de homicidio simple en grado de tentativa en perjuicio de Martín Abraham, el cadete de 19 años que perdió casi toda su mano izquierda cuando quiso defenderse del salvaje ataque.
Está detenido desde el jueves tras un allanamiento en una casa a unas cuantas cuadras del lugar de la agresión. De acuerdo con las fuentes y además se ordenó su inmediato traslado al servicio penitenciario provincial. El machete todavía no fue encontrado y por eso el fiscal a cargo, Carlos Pais, consideró que hubo entorpecimiento de la investigación.
El pedido de los 90 días de prisión preventiva para el acusado fue argumentado a partir de «las características del hecho, la pena en expectativa y el peligro de entorpecer la investigación, debido a que el arma (utilizada para atacar al repartidor) no fue encontrada».
El terrible hecho de inseguridad ocurrió el pasado lunes por la noche cuando Martín, de 19 años, acababa de hacer una entrega para la reconocida sandwichería «El Turco» en un domicilio del barrio Los Pinos.
Antes de regresar al local gastronómico, el repartidor fue abordado en medio de la oscuridad por un ladrón que intentó robarle la moto y para ello atacó al joven con un machete.
Ante la agresión, que iba directo hacia su cara, Martín atinó a protegerse con su mano izquierda, lo que evitó un daño que podría haber sido fatal en su cabeza, pero que le ocasionó la pérdida de cuatro dedos.
«Me ha salido de la nada, directamente a pegarme un machetazo y me ha apuntado a la cabeza con el machete. Yo he metido la mano para cubrirme. Por suerte, no me ha alcanzado a tirar de la moto y así como estaba llegué al Hospital Avellaneda», relató la víctima a medios locales.
Y agregó: «Dentro de todo estamos bien. Hay que saberla llevar. Tengo que hacer una semana de reposo para ver cómo va evolucionando la herida. Dentro de todo han sido los dedos y no otra cosa, sino no la estaría contando».
Ante el salvaje ataque, el dueño de la sandwichería, Sergio Santillán, tomó la decisión de eliminar la posibilidad del delivery, para proteger a los empleados de la inseguridad.
«Después de las diez de la noche ya no anda ningún móvil de la Policía en la calle, esto es tierra de nadie. Es una tristeza todo esto. La verdad que estoy muy abatido, con ganas de tirarlo todo. Imaginate, el machetazo que le tiraron iba a la cabeza. Para mí, lo que pasó con Martín colmó el vaso», subrayó el emprendedor gastronómico.