A principios de este mes, una avalancha atrapó a tres montañistas en la nieve en el Cerro López, en Bariloche. Tras ese trágico suceso en el que murió una mujer irlandesa, dieron de alta al turista cordobés que fue rescatado luego de pasar 12 horas sepultado bajo la nieve.
Se trata de Augusto Gruttadauria, un joven de 29 años que se encontraba practicando esquí de travesía cuando se produjo el desprendimiento. En las últimas horas, recibió el alta médica después de pasar dos semanas internado y tuvo un conmovedor gesto con sus rescatistas.
Tras la avalancha, el chico logró hacer un hueco de nieve para poder respirar. Fue en ese momento cuando pudo hacer una llamada al 911 y pedir ayuda. La llamada de emergencia fue atendida desde Río Negro y el operativo de rescate se llevó a cabo durante la madrugada.
Según detallaron los miembros de la Comisión de Auxilio (CAX) del Club Andino Bariloche (CAB), Gruttadauria estaba a unos 500 metros del lugar en el que habían sido encontrados la turista escocesa que murió y el otro hombre que sufrió hipotermia y lesiones leves.
Luego de permanecer internado 15 días en el sanatorio San Carlos, Augusto tomó una decisión que conmovió a todos: el joven cordobés realizará una rifa de sus “equipos de esquí y travesías” para recaudar fondos a “todas las entidades que pusieron su granito de arena”. Según indicó el diario Río Negro, el sorteo incluye ropa, esquíes, fijaciones, una mochila, un bolso, botas, entre otros elementos, y se difundirá a través de su cuenta de Instagram.
Cómo fue la desesperante llamada al 911 del turista cordóbes atrapado bajo la nieve en Bariloche
“Tengo las piernas atadas, por favor”, suplicó Augusto Gruttadauria al lograr hacer la llamada al 911 mientras permanecía sepultado bajo la nieve. “Me cayó una avalancha en el cerro López. Me está agarrando hipotermia. Hace cuatro horas me cayó”, continuó.
Luego, contó que había hecho un hueco en la nieve y pidió ayuda: “Estoy en la cara derecha del refugio como quien va subiendo. Por favor, manden a alguien”.
Su llamada llegó horas después de que los rescatistas suspendieran la búsqueda por el riesgo que corrían en ese lado del cerro y las probabilidades de encontrarlo con vida eran mínimas.
“No hagas esfuerzos de más. Ahí estamos localizando al personal. Quedate tranquilo”, le dijo la operadora, a lo que él respondió: “Gracias por atenderme. Ojalá vengan, ojalá lleguen”. “Van a ir, no te preocupes. Te voy a mantener en línea para contactar al otro personal”, lo alentó la mujer.