De acuerdo a lo que expone la RAE, discriminación es “dar trato desigual a una persona o colectividad, por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental”, etc.
Por su parte, la Amnisty Internacional expresa que “la discriminación es nociva y perpetúa la desigualdad. Todos tenemos derecho a ser tratados por igual, con independencia de nuestra raza, etnia, nacionalidad, género, condición física o intelectual, etc.”
Toda discriminación encierra consciente o inconscientemente, una menos valoración de la persona, de rechazo o cierta actitud “compasiva”, de lástima o indiferencia hacia la misma. Coloca a la otra persona humana en un nivel inferior, cualquiera sea el tipo de discriminación, contiene en sí misma una visión desde una postura de superioridad ya sea por lástima, desprecio o indiferencia.
El acto de discriminar constituye solo el síntoma y no la causa
La importancia de saber sobre discriminación es que no comienza en un acto determinado, y aun cuando sabemos que no existe dolo por pensar de una determinada manera, es aquí donde anida primariamente el acto de discriminar.
¿Cómo pensamos al otro? ¿Cómo nos sentimos frente a alguien que se opone ideológicamente a nosotros? ¿Qué pensamientos se generan cuando por distintas circunstancias estamos frente a una persona con discapacidad?
Consideramos que solo la acción puede constituir un acto de discriminación y la omisión, el no actuar frente a una circunstancia, persona o hecho determinado, es decir, la indiferencia por citar un ejemplo, en su gran mayoría supone un acto neutro que lejos de serlo, puede ser un fuerte componente discriminatorio incluso cuando sea socialmente tolerada.
La habitualidad de algunos actos o expresiones discriminatorios
Socialmente consideramos “normales” por habituales a muchas expresiones socioculturales de nuestra comunidad que encierran en sí mismas connotaciones negativas de la persona o hecho aludido. Es sugerido en este punto comenzar a observar nuestras expresiones o actos para determinar que pensamiento, creencia o paradigma podemos encontrar y descubrir en nuestro sistema o mapa mental.
Conclusión
Los índices de discriminación establecidos en el año 2013 por el INADI, en conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba y el Ministerio de Gobierno y Justicia de la Presidencia de la Nación, han sido tan concluyentes que el 80% de la población encuestada se percibe discriminadora, donde la pobreza encabeza la lista de sujetos discriminados y las personas con discapacidad se encuentran en el quinto lugar más discriminado.
Concluimos, ante cifras y datos tan concluyentes, que como sociedad nos resta un trabajo de concientización y transformación profunda si realmente aspiramos a ser una comunidad inclusiva en la pluralidad y diversidad, que en si misma conforma la realidad social planetaria.
Ésta tarea es personal y social. La postura de los conductores y líderes de países, provincias, organismos públicos y privados de todos los ámbitos socioculturales es sencillamente esencial, vital e indelegable.
“La vida te pone obstáculos, tú pones los límites”