La justicia correntina consideró culpables a tres sujetos que serían los autores del hecho cometido en el marco de una disputa por terrenos para la instalación de puestos de venta. Mirá de qué se trata el caso.
El juicio por un doble crimen ocurrido en agosto de 2021 en un santuario del Gauchito Gil culminó con la condena a prisión perpetua de tres hombres considerados coautores del hecho cometido en la ciudad correntina de Mercedes, en el marco de una pelea en la que se disputaban terrenos para la instalación de puestos de venta.
De manera unánime, los jueces Jorge Troncoso, María Eugenia Ballará y Juan Manuel Muschietti consideraron culpables a Carlos David Molina, Jonathan Natanel Astarloa y Maximiliano Contreras, de los homicidios de Sergio «Checho» Canteros (33) y su padre Julio «Milton» Canteros (64).
En el mismo fallo, el tribunal de Mercedes condenó a María Madgalena Astarloa a 14 años de prisión; Gisela Astarloa, a 12; Juan Ramón Rivero, a 11; y María José Obes, a 10; todos ellos como «partícipes secundarios» del doble crimen.
En tanto que Luis Walter Astarloa fue sentenciado a dos años de prisión y le concedieron libertad condicional por haber cumplido ya más de un año de prisión, dijeron los informantes.
A su vez, los jueces declararon culpable como coautor del doble crimen a un joven que era menor de edad al momento del hecho, aunque será la Justicia de Familia, Niñez y Adolescencia que fijará la pena.
Por otro lado, el tribunal dispuso abrir una investigación por el posible delito de acción pública por la inacción policial ante la ampliación de denuncia radicada por amenazas por Sergio Canteros horas antes de ser asesinado y de los llamados pidiendo auxilio de dos testigos.
Los hechos ventilados en el debate ocurrieron el 6 de agosto de 2021, cuando padre e hijo fueron brutalmente atacados por un grupo de hombres vinculados con la administración del predio comercial que rodea a la Cruz Gil, el santuario más grande de veneración al Gaucho Gil, ubicado sobre la ruta nacional 123, a unos siete kilómetros de Mercedes, en el centro de la provincia de Corrientes.
Sergio murió el mismo día del hecho, mientras que su padre falleció 72 horas más tarde, ambos a raíz de los golpes y puñaladas sufridas.