El acuerdo con el FMI y sus desafíos pendientes

Como afirma Noemí Brenta, desde la adhesión de la República Argentina al FMI en 1956 por parte de la dictadura que derrocó a Juan Perón, transcurrieron 65 años de historia y 41 años bajo la tutela del organismo.

La oposición reproduce con ignorancia supina que “70 años de peronismo” son los responsables del estancamiento argentino.

No, no son los “70 años de peronismo” los responsables de esto. Son ustedes, cómplices de la tutela del FMI, los que han propiciado las políticas públicas que derivaron en este presente.

Todo el pueblo argentino sabe que la responsabilidad del endeudamiento con el FMI por 57000 M de dólares -de los cuales sólo se desembolsaron 45000 M de dólares- fue llevado adelante por el gobierno de Macri y nos llevó al más excepcional saqueo financiero que recuerde la historia económica contemporánea.

Producto de su irresponsabilidad hoy tenemos que negociar en desigualdad de condiciones por lo menos cuatro puntos: a) plazo b) tasas de interés c) devolución de las cuotas pagadas con los DEG recibidos para atenuar el impacto negativo de la pandemia en la economía del país d) plazo de gracia.

El estatuto fue violado sistemáticamente con el otorgamiento de este préstamo pero el organismo se niega a extender el plazo de cancelación de la operación, a reducir drásticamente la tasa de interés y a generar un plan de recuperación de la economía que sea compatible con la capacidad de pago del país.

Lamentablemente tenemos que pagar una deuda que sirvió para la fuga de capitales y para convalidar el saqueo de los fondos de inversión mediante la operatoria de “carry trade”. ¿Saben qué significa esto? Traían dólares, los cambiaban a pesos para adquirir instrumentos financieros emitidos por el BCRA con altas tasas de interés garantizando un tipo de cambio y la salida con ganancias exorbitantes en dólares… pero sin contrapartida en puentes, carreteras, agua potable, cloacas y demás bienes e infraestructura necesaria para el desarrollo del país.

Es oportuna la decisión de promover la aprobación del plan económico en el ámbito del Congreso de la Nación con el objeto de involucrar a todos los actores del sistema político en esta decisión estratégica del país.

Lograr un período de gracia sin el pago de servicios de intereses y capital de la deuda constituye una condición necesaria. Cuanto más extenso sea el plazo, tanto mejor será la estrategia que pueda emplear el país para la resolución del problema.

Un acuerdo deseable debería incluir quita del capital, reducción de la tasa de interés, extensión del plazo y un período de gracia extendido. Por lo menos 20 años plazo, 6 años de gracia, 1,5 % de tasa de interés, una quita del 30 % del capital de la deuda y la devolución de los DEG capitalizables junto a un fondeo por 10000 M de dólares. Este dinero debería ser destinado a obras de infraestructura de alto impacto, en la recuperación del empleo, en el financiamiento de proyectos estratégicos de sustitución de importaciones, aumento y diversificación de exportaciones, en el desarrollo de proyectos estratégicos de energías limpias y renovables con metas de equilibrio macroeconómico sustentable.

El acuerdo en sí tiene dos componentes: uno, de carácter financiero vinculado a las condiciones del préstamo a renegociar, el otro, respecto a las condiciones para construir un equilibrio macroeconómico de largo plazo.

Ya expusimos el acuerdo deseable. Toda mejora sustantiva de las condiciones iniciales debería ser en favor de un modelo compatible con la recuperación económica y la construcción de un equilibrio macroeconómico sustentable.

En este sentido, nuestro Plan Económico debe orientarse a:

a) Plan energetico: Éste no debe agotarse en Vaca Muerta. Debemos incorporar a todo el país en el programa de energías limpias y renovables. Esto permitirá aumentar la oferta y mejorar la integración de las cadenas de valor de la economía argentina con un modelo de asignación de recursos destinados a tarifas diferenciales cuyo objetivo debe ser corregir asimetrías en las provincias del Norte Argentino.

b) Plan de infraestructura y logística: Es preciso fortalecer corredores estratégicos como la hidrovía Paraná-Paraguay y los pasos fronterizos con Chile, a los efectos de vincular el Atlántico con el Pacífico. Este fortalecimiento, debe incluir desde red de fibra óptica, red ferroviaria, red vial, pasos fronterizos, puertos fluviales y marítimos, administración aduanera y demás obras básicas como viviendas, agua potable, cloacas, escuelas, hospitales, pavimento urbano.

c) Plan de resolución de la restricción externa (insuficiencia de dólares): Esta debería incorporar desde desdoblamiento cambiario hasta el uso de dólares de reserva en el mercado doméstico no declarado en fondos de inversión para el desarrollo de proyectos de energía, de aumento y diversificación de exportaciones, de fabricación de productos locales, hasta proyectos estratégicos de largo plazo. El plan debe incluir la superación de las restricciones, la construcción de una regla fiscal que tienda al equilibrio, de una regla monetaria que tienda a la estabilidad y de una regla cambiaria que tienda a la competitividad.

No cabe la menor duda que un plan económico con el acuerdo del Congreso de la Nación es condición necesaria pero no suficiente.

Se necesita un acuerdo político, federal, social y económico.

Debe participar el Congreso, trabajadores y empresarios, gobernadores para construir una sólida matriz política, económica y social de largo plazo, condición esencial para garantizar el éxito en la recuperación económica.

Debemos convocar a todos los actores económicos, políticos y sociales con el objetivo de lograr un consenso de largo plazo en cuestiones que ineludiblemente constituyen nuestras más profundas coincidencias.

El pueblo argentino nos quiere unidos, trabajando por el progreso de nuestra tierra.

Es ahora, es el momento, todos unidos. Todos juntos.