Los jugadores xeneizes sintieron bien de cerca el cariño de los fanáticos en tierras cuyanas, en especial el Matador, que se quedó un largo rato sacándose fotos y firmando autógrafos en la puerta del hotel.
Una marea azul y oro inundó las calles de Mendoza, sede del cruce de los 16avos de final de la Copa Argentina entre Boca y Almirante Brown. A un día de que ruede la pelota en el Malvinas Argentinas, la delegación xeneize llegó a tierras cuyanas y, como de costumbre, tuvo un recibimiento a la altura de las expectativas.
Cientos de hinchas esperaron desde temprano por el plantel de Diego Martínez en la puerta del hotel Sheraton, en pleno corazón de la ciudad. Hubo cánticos pidiendo ser campeón, chicanas para River y ovación para varios jugadores.
Los vitoreos aumentaron una vez que los futbolistas bajaron del micro, dejaron sus pertenencias en el hall y se acercaron al vallado para sentir de cerca del cariño del pueblo bostero. El que más revuelo generó fue Edinson Cavani, quien se pasó un largo rato firmando autógrafos y sacándose fotos, siempre con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando el resto de sus compañeros ya estaban en los ascensores yendo rumbo a sus habitaciones, el goleador uruguayo seguía cumpliéndole los sueños a los fanáticos mendocinos que quedaban en la calle. Un crack dentro y fuera de la cancha.
Además de Cavani, otros de los más solicitados por la gente fueron Miguel Merentiel, Kevin Zenón y Ezequiel Equi Fernández. También el técnico Martínez, quien protagonizó un emotivo momento junto a un joven en silla de ruedas.