El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por amplia mayoría que se realice una investigación externa al secretario general de la organización, el uruguayo Luis Almagro, sobre presuntas faltas éticas por una relación íntima con una de sus subordinadas.
Inmediatamente después de la votación de los países miembros de la OEA, el mismo secretario general admitió públicamente la relación sentimental con la mujer, y dijo que desde el comienzo ofreció colaborar con transparencia.
Treinta países miembros, entre ellos Estados Unidos, México y Uruguay, votaron en favor de la pesquisa externa. Dos se abstuvieron (Belice y Haití) y uno estuvo ausente: Granada, informó el organismo en su página web.
El tema que se investiga está vinculado a la relación sentimental con una funcionaria de la Organización, a efectos de dilucidar si la mujer fue beneficiada con ascensos, promociones y/o aumentos de remuneración a partir de dicho vínculo.
La investigación externa «con las máximas garantías» fue solicitada por el propio Almagro, quien agradeció esta tarde que el Consejo Permanente de la OEA aceptara su propuesta.
Almagro, excanciller de Uruguay, nunca negó la existencia de dicha relación y hoy reiteró que jamás hubo favoritismo alguno.
En la Secretaría General aseguran que en todo caso ocurrió lo contrario, que Almagro no cumplía el rol de supervisor, ni tampoco intercedió para promoverla o aumentarle el sueldo.
«Todas las acciones administrativas respecto a esta funcionaria fueron de acuerdo a regulación y administradas para ella a la par de todo el personal», añadieron.
Por su parte, Almagro sostuvo en octubre: «Nunca fui supervisor de ninguna persona con quien tuviera una relación, nunca la promoví, ni nunca aumenté su salario, que son las condiciones especiales establecidas en el código de ética de trabajo», según la agencia de noticias AFP.
Almagro fue por demás meticuloso en ese punto, tanto que la funcionaria perdió oportunidades de concursos porque el Secretario General se oponía a que ello ocurriera durante la relación, de varios años, aún si los hubiera merecido dadas sus altas capacidades profesionales y calificaciones académicas.
Algunos medios afirman, citando fuentes anónimas, que no hubo favoritismo y que «quizás se pueda afirmar que ella no fue beneficiada sino hasta perjudicada por su relación con Almagro».