Las autoridades chinas advirtieron hoy que los casos de Covid-19 se dispararon en la capital Beijing, luego de la decisión tomada la semana pasada de relajar las estrictas restricciones en medio de crecientes reclamos ciudadanos.
«La tendencia a la rápida propagación de la epidemia continúa», declaró a la prensa Li Ang, portavoz del departamento de salud de la capital china, quien agregó que «el número de consultas por fiebre y estados gripales ha aumentado significativamente, así como el número de llamadas (…) a los servicios de urgencias se ha disparado» dijo, citado por la agencia de noticias AFP.
A principios de diciembre, solo algunos pobladores de la gran urbe conocían a alguien cercano que se hubiera infectado pero esto parece estar cambiando, particularmente en Beijing donde las autoridades indicaron hoy que más de 22.000 pacientes habían visitado los hospitales el domingo, 16 veces más que una semana atrás.
La semana pasada, el país anunció el fin de su estricta política sanitaria de «Covid cero», que incluía confinamientos a gran escala e internaciones sistemáticas de personas que habían dado positivo en centros de cuarentena.
En la actualidad ya no es obligatorio presentar un resultado negativo en un test de Covid para viajar a otra provincia.
En este contexto, el Ministerio de Sanidad informó este lunes de 8.626 nuevos casos locales de Covid, un cifra probablemente mucho menor de la real porque los test PCR ya no son obligatorios y la gente no suele informar del resultado de los autotest.
Hoy, más temprano, China había anunciado la desactivación de la principal aplicación de control de los desplazamientos en el marco de su política antocovid, la aplicación, llamada «Mapa de Desplazamientos», que controlaba los movimientos del usuario a partir de datos telefónicos y mostraba las ciudades que había visitado en los últimos siete días.
En función de esa información el usuario podía acceder o no a un hotel, un edificio o un centro comercial.
La aplicación, dependiente del Gobierno central, quedará desactivada a partir de la medianoche de mañana, tras más de dos años y medio de servicio, según un comunicado oficial.
Este anuncio, como los de la semana pasada, integra el paquete de medidas que buscan sofocar el descontento creciente por la estricta normativa que permitió contener la propagación del virus, pero con muy altos costos económicos y hartazgo ciudadano.
Desde la semana pasada, es difícil encontrar medicamentos para el resfriado y la fiebre en las farmacias de Beijing y lo mismo ocurre con los autotest de Covid.
Según mensajes en las redes sociales, también hay picos de infección en ciudades más pequeñas como Baoding, en la provincia de Hebei (norte), o Dazhou, en Sichuan (suroeste), pero esta información no fue conformada por fuentes oficiales.
China deberá ahora que convivir con el coronavirus pero no está claro hasta qué punto está preparada para la actual ola de infecciones.
Una de las figuras más respetadas de China en la lucha contra el Covid-19, el especialista en enfermedades respiratorias Zhong Nanshan, afirmó el domingo que la variante Ómicron se estaba «extendiendo rápidamente».