Tal como comunicó Serna, los dirigentes se quedaron hasta «altas horas de la noche» para tomar la decisión final de echar a Pintita. Este martes, bien temprano, se lo comunicaron y expusieron sus motivos.
«Hasta acá ha llegado Fernando Gago con su cuerpo técnico», esbozó un cabizbajo Mauricio Serna en la fresca mañana del predio de Ezeiza, siendo la voz autorizada que confirmó lo que era un secreto a voces desde el lunes a la noche. El ciclo de Pintita tenía final anunciado desde el fracaso en el repechaje de la Copa Libertadores, pero necesitó del golpe de nocaut contra River para concretarse. ¿Cómo se dio?
La posibilidad de echarlo se terminó de cocinar al término del Superclásico. Y eso no solo tuvo que ver con el resultado: puertas adentro generó mucha bronca y desilusión el planteo -defensivo y mezquino- del entrenador, como también la incapacidad para darse cuenta del error y corregir sobre la marcha.
La paciencia del Consejo de Fútbol llegó casi a su tope después del cimbronazo con Alianza Lima y se sabía que cualquier próximo traspié importante sería el fin. Gago enderezó el barco pero otra vez falló en una parada de fuego, situación que saturó a Juan Román Riquelme y compañía.
Tal como reveló Serna, el CdF estuvo reunido el lunes largo y tendido. Primero, consensuaron de común acuerdo que Gago debía se removido del cargo; y luego, siguieron el cónclave durante un buen rato más durante la madrugada para comenzar a definir a su reemplazante. Ya hay varios nombres en el radar, como Gustavo Quintero, Gabriel Milito y Gerardo Martino, aunque aún nada confirmado.
El paso siguiente fue comunicarle al cuerpo técnico actual que estaba citado a la 7 de la mañana en el Centro de Entrenamiento de Eizeza, previo a la práctica del plantel, para comunicarle la decisión. Y así fue: en un diálogo escueto pero conciso, le explicaron a Pintita la determinación de echarlo.
La eliminación con Alianza Lima en la Libertadores, la derrota con Vélez en semifinales de la Copa Argentina, la caída con Newell´s en Rosario y el Superclásico fueron las cuatro vertientes que le criticaron al CT en una suerte de fundamentación para soltarle la mano.
Acto seguido, el entrenador se dirigió a la cancha principal del predio, reunió al plantel y les dio un mensaje breve de despedida: «Me acaban de echar, me voy. Suerte». Así fue como se gestó el adiós de Gago, luego de apenas seis meses en los que nunca encontró un rumbo claro. Ahora, otra vez, Boca busca DT.